Los Juanito Laguna del siglo XXI

Estamos, los dos, en el Malba. Mi hijo mira Juanito ciruja, de Antonio Berni, con ojos nacidos en el siglo XXI.

-¿Qué es un ciruja?

-Alguien que... Un cartonero.

No es más que una respuesta a medias, pero parece alcanzar.

Visitamos la magnífica muestra que, desde hace meses, el museo dedica al artista rosarino y a sus grandes personajes: Juanito Laguna, el niño de los arrabales míseros, y Ramona Montiel, la joven prostituta. Salas y más salas tomadas por dos seres paridos entre la ternura, la crítica social y el frenesí expresivo. Nos concentramos en Juanito y lo vemos desfilar en telas enormes, magnéticas, rabiosamente coloridas, donde los mayores extremos -esperanzas y demonios; sueños y pesadillas- parecen haber encontrado un lugar.

Con todo, mi trabajo en esta tarde es lograr que mi hijo se detenga al menos medio minuto frente a cada obra.

"Entonces Juanito y su familia tuvieron que mudarse? ¿ves?", voy diciendo. Tarea de titanes: asir ese hilo burbujeante e impredecible, la atención de un niño de seis años.

Señalo, incrustado en la tela de uno de los cuadros, el inconfundible, pese a lo abollado, plástico amarillo de un auto infantil. "¡Mirá con lo que jugaba!" La materialidad de una época -los años 60 y 70- circulando ante nosotros. Juguetes, latas, maderas, géneros, fragmentos de muebles que Berni aplicaba a sus cuadros, obtenidos en los mismos basurales donde los Juanitos de carne y hueso se rebuscaban la vida. Algo de la distancia entre mi infancia y la de mi hijo (¿cómo explicarle que esas trabajadas patas de hierro formaban algo llamado "máquina de coser"?) comienza a ocupar la escena.

Y entonces aparece Juanito ciruja. Ese rostro, esa ternura que lastima. El niño vestido con ropa de basural, hundido en el basural, con guantes de plástico en las manos y una bolsa destinada a guardar los hallazgos del día.

Me sobreviene la bonhomía del rostro de Berni, su voz diciendo "Juanito es un chico pobre, pero no un pobre chico". Y lamento que la potencia de esa frase, la dignidad en la que se funda, la creencia en un mañana mejor que la sostiene, parezcan tan nacidas en un tiempo (¿o un país?) diferente.

"Estaba como en otra dimensión, legendaria, antigua." Así describe Alicia Dujovne Ortiz su incursión en el corredor sanitario del Ceamse, en José León Suárez. En ¿Quién mató a Diego Duarte?, estremecedora crónica publicada hace unos tres años, la escritora intenta...

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