Juan Filloy: un acceso directo a su cabeza. Abren parte de la biblioteca personal del escritor

La biblioteca personal de Juan Filloy está en el Centro Cultural Trapalanda en Río Cuarto, donde el escritor vivió

CÓRDOBA.- "¡Si todo es así! Hasta aquí es el relato más fofo desabrido estúpido que conozca" dice -de forma manuscrita- en la página 88 de El Proceso , de Franz Kafka. En la 225, el lector ratifica su opinión: "esto es insoportable, aletargantemente estúpido. Soso a la N potencia . Sigo leyendo solo como constatación de mi paciencia y del alcance de mi voluntad". Las anotaciones de un lector avezado, el escritor cordobés Juan Filloy . A este libro, junto a otros cuatro mil, se puede acceder ahora en una visita a su biblioteca personal en el Centro Cultural Trapalanda en Río Cuarto, donde vivió muchos años.

La donación la hizo en vida Filloy antes de mudarse, a fines de los años 80, a la ciudad de Córdoba, pero recién ahora se abrió al público. La biblioteca está ambientada con los muebles que pertenecieron al escritor en sus años de juez .

"Siempre debió haber estado al alcance de la gente -dice a LA NACION Juan Capdevila, nieto del escritor -. Ha quedado muy bien; cuenta con una bibliotecaria que es una conocedora. Es el destino que siempre debió tener porque un libro cerrado no sirve. Muchos tienen sus anotaciones, sus dibujos y eso permite, de alguna manera, el acceso a su cabeza. Es lo que escriben las personas en un momento de intimidad absoluta, cuando leen. Mi abuelo era un gran lector , su biblioteca es una muestra de eso; no acumulaba por acumular".

La biblioteca personal de Filloy cuenta con numerosos libros de Psicología y mucha bibliografía en francés; algunos ejemplares anotados tienen además dibujos del escritor

El escritor calculaba que tenía unos 18.000 libros. Al trasladarse a la ciudad de Córdoba, él se quedó con una parte; su familia eligió otra (su nieto, un adolescente entonces, recuerda haber escogido uno de Gregorio Bartolomé de las Casas); el material histórico lo donó al Archivo de Río Cuarto; la sección de poesía, a la delegación riocuartense de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE); y el resto al Museo de Bellas Artes local que él mismo fundó y que comparte edificio con el centro Trapalanda.

Candelaria de Olmos, estudiosa de Filloy que hizo su tesis doctoral de Letras sobre él, describe que la biblioteca abierta al público es ecléctica, "muestra la diversidad de intereses" que tenía. Ella colaboró en la clasificación de la documentación donada al Archivo Histórico, donde hay cientos de cartas.

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