Juan Carlos Puppo, un señor actor

Lo que llama la atención de inmediato en una cita con Juan Carlos Puppo es su elegancia. Como un caballero de los de antes, esos que llevan dos pañuelos en el bolsillo para ofrecerle uno a la mujer, que regalan rosas y caminan siempre del lado de la calle, atento y protector, así se presenta y así le enseñaron a comportarse. Con 78 años y más de 60 de profesión, mantiene la alegría de trabajar indeleble y es capaz de mirar atrás y sonreírle al pasado. ¿Quién pudiera hacer como él? "Sé que soy un afortunado. Estoy feliz, pleno, realizado. No te puedo explicar la paz interior que tengo".Con el pecho henchido de un orgullo bien habido, dice que desde los 17 años nunca paró de trabajar, y la expectativa ante el estreno de su nueva obra lo llena de alegría. Hoy subirá a escena en el Astral ¡Viva la copla!, que repasará un amplio repertorio de la música popular española, y que lo tendrá entre sus protagonistas bajo la dirección de Jorge Mazzini. "Para mí subir al escenario es como el primer día: un momento sublime", agrega el actor que nació en Buenos Aires y se crió en Pergamino con la convicción de convertirse en un artista.Era adolescente cuando lo decidió. Pensaba hacer todos los sacrificios necesarios. Empezó viajando tres veces por semana a la Capital para asistir a su primer curso. Cuenta que a las 4 de la mañana tomaba un tren, que almorzaba en la casa de su "amada tía Yolanda"que vivía acá, asistía a clases y a las 17 tomaba el tren de regreso a Pergamino. "Mi papá se preocupaba porque pensaba que si me dedicaba a esto no tendría para comer. Pero siempre me apoyaron."Si se repasa su haber, las obras en las que participó llegan al centenar, pero se considera un "profesional" desde 1970, cuando estrenó la obra Hablemos a calzón quitado. Hacía 15 años que vivía en Buenos Aires intentando ganarse el pan con el teatro infructuosamente. "Fui sereno en un hotel. He vendido diarios, he limpiado oficinas, luego hice un curso de pedicuría y encontré un nicho. Iba a domicilio y fue fantástico porque no todo el mundo quiere hacerlo, y tenía muchos clientes", recuerda, divertido con su propia inventiva.Desde el principio aprendió a cantar y bailar por lo que pronto se convirtió en una figura clave para el teatro musical que en los 70 comenzó a desarrollarse con fuerza en la Argentina. Con...

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