Joseph Henrich, antropólogo evolutivo: 'El mejor antídoto contra el supremacismo blanco es más ciencia y discutir ideas'

Joseph Henrich en la Universidad de Harvard en una imagen promocional cedida de 2020 durante la promoción del libro

Al profesor Joseph Heinrich (Norristown, EE.UU., 54 años) las explicaciones culturales clásicas de la antropología no le resultaban eficaces para entender las diferencias psicológicas entre las personas. Por eso, este antropólogo , presidente del Departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, se puso a trabajar en su segundo libro Las personas más raras del mundo: cómo Occidente llegó a ser psicológicamente peculiar y particularmente próspero (Capitán Swing). Con este voluminoso trabajo pretende explicar cómo difieren las poblaciones alrededor del mundo y por qué las sociedades raras —por su acrónimo inglés WEIRD, "occidental, educado, industrializado, rico y democrático"—, no puede utilizarse como el estándar global sobre el que mirar a la humanidad en su conjunto.

Para explicar estas diferencias, el investigador aúna el trabajo científico de su campo en la antropología evolutiva, junto a la psicología, la historia y la economía, siempre teniendo en cuenta la fuerte raíz biológica del comportamiento humano. Heinrich aplica un enfoque interdisciplinar para estudiar los orígenes y la evolución de las estructuras familiares, poniendo especial énfasis en la institución del matrimonio y las normas religiosas. La base de la que parte es la siguiente: estos comportamientos sociales a lo largo de los siglos han tenido un gran impacto acumulativo en la psicología humana, hasta convertir a los occidentales en las personas más raras del mundo.

¿Considera difícil explicar su gran tesis acerca de la evolución genética impulsada por la cultura?

Somos una especie cultural. Más que cualquier otro animal dependemos del aprendizaje de otras personas. Esto da lugar a un segundo sistema de herencia: junto a los genes ocurre la coevolución biológico-cultural, un desarrollo bastante grande dentro de nuestra comprensión de la evolución humana. Mirás a un humano, y podés investigar los genes que ha heredado de sus padres, pero esa persona también ha adquirido creencias, valores, prácticas, normas, idiomas, formas de pensar, una gran acervo cultural de sus progenitores y otros miembros de su comunidad. Todo ello afecta conjuntamente al comportamiento de las personas. La cultura, como los genes, se acumula a lo largo de las generaciones.

El resultado final es algo tan elaborado que nadie en su origen podría haberlo creado ni siquiera imaginado, ¿ocurre lo mismo con el conocimiento?

Pensamos que la cultura tiene probablemente, al menos, un millón de años y esto es mucho tiempo para que afecte a la evolución genética de nuestra especie. Es similar a las herramientas, que se vuelven más complejas a medida que pasa el tiempo.

La cultura, como los genes, se acumula a lo largo de las generaciones. Es un segundo sistema de herencia

A toda tecnología, pero especialmente a los objetos como las lanzas, se le sigue considerando algo artificial y ajeno a nosotros, cuando no habríamos sobrevivido sin ellas.

Sí, la gente todavía hace esto, tenemos este dualismo mente-cuerpo donde pensamos en la cultura como algo independiente de la biología. Pero lo que se puede ver a lo largo de la historia es que los aspectos biológicos y culturales son inseparables. Esto realmente se puede entender a la luz de que somos una especie que ha transmitido culturalmente cómo hacer fuego y cocinar. Nuestros pequeños dientes requieren herramientas de corte para poder masticar la carne y el fuego en la cocina para ablandar las raíces antes de comerlas. Hemos dependido de la...

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