José Nun: 'Si les subieran los impuestos a las fortunas personales, no haría falta el endeudamiento'

Es un politólogo excepcional, especializado en desarrollo. Tiene, tradicionalmente, una mirada desde la centroizquierda, pero con un profundo sentido republicano. Suele ir contra la corriente y sorprender con sus críticas y propuestas, siempre fundadas y entrelazadas con la gran historia política de Occidente, que cita de memoria sin jactancias aunque con pertinencia, precisión y lucidez. José "Pepe" Nun, que consulta habitualmente a varios de los mejores tributaristas del país y ha estudiado los sistemas de las naciones más desarrolladas, habla aquí sobre los impuestos y sugiere una estrategia polémica para evitar el endeudamiento externo: incrementar la presión impositiva, pero no a la clase media ni a las empresas, sino a las grandes fortunas personales.

-Un lugar común asevera que el dinero para financiar este déficit fiscal gigantesco se encuentra en el endeudamiento o en el ajuste. Vos, sin embargo, planteás una salida más creativa...

-Más que creativa, me parece elemental. Un Estado tiene tres fuentes básicas de financiamiento: la recaudación impositiva, las eventuales ganancias de las empresas públicas y el endeudamiento. De las tres, la primera es la que debiera ser la más importante. Tomemos el impuesto a las ganancias, que bien aplicado resulta el más progresivo. Por ejemplo, en Estados Unidos, que no es un país particularmente fiscalista, su recaudación equivale a un 14% del PBI. En Europa, a alrededor del 15-16%. En los países nórdicos, mucho más. Acá, casi nunca superó el 6% y hoy araña el 5%. Esto no solo tiene que ver con la magnitud del sector informal de la economía, sino con una formidable evasión. El Tax Justice Network, por ejemplo, ha estimado que en 2016 solo las grandes empresas fugaron unos US$21.400 millones. No quiero marearte con cifras. Pero el déficit fiscal anual que mencionaste es de unos US$36.000 millones. Si subiésemos la recaudación del impuesto a las ganancias del 5% al 9% del PBI, llevando adelante una gran campaña nacional contra la evasión, ese déficit bajaría drásticamente. Pero no solo esto. En materia de impuesto inmobiliario rural, la Argentina recauda la mitad de lo que recaudan Canadá o Australia porque las valuaciones fiscales de los campos siguen siendo muy bajas. Si se las actualizase; si se restableciera el impuesto a la herencia; si se creara un impuesto al patrimonio neto que exceda, digamos, los US$2 millones; si se pusiera un impuesto a los bienes Suntuarios, la estimación más conservadora indica que, en un par de años, el déficit fiscal desaparecería. No harían falta el endeudamiento interno ni externo. Ahora bien, el endeudamiento no es bueno o malo en abstracto, sino que depende de para qué se hace. Lo importante es comprender su tendencia. Desde luego, si se implementase una reforma tributaria como la que sugiero, tardaría dos o tres años en rendir sus frutos. En ese lapso sería preciso acudir al endeudamiento, solo que se sabría...

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