Jorge Yoma: tras el sueño de parecerse a Menem

Una bota tejana de cuero se hunde en el acelerador. Las líneas blancas estampadas en la ruta de salida de la ciudad de La Rioja se abalanzan contra el frente de la camioneta y desaparecen debajo del chasis. Al volante de una Grand Cherokee negra, http://www.lanacion.com.ar/1624031-jorge-yoma-el-unico-presidente-peronista-legitimado-con-el-voto-fue-menem, una localidad de 12.000 habitantes, 215 kilómetros al sur de la capital provincial."No, boludo, esperame a mí para la conferencia de prensa. Chacoteen un rato hasta que yo llegue", le ordena por teléfono a "Marcelito" Rodríguez, el dirigente que organizó la recorrida por la ciudad. "¿Cuántos subsidios tengo que entregar? Bueno. Llevemos los juguetes al Jean Piaget, que es el jardín que hice yo. ¡Meta, hermano! Ya sé que estamos tarde. Deciles que me esperen, que http://www.lanacion.com.ar/1573628-jorge-yoma-manana-la-sociedad-va-a-salir-masivamente-a-la-calle-a-defender-la-constitucionLa risa grave del diputado retumba en la cabina de la 4x4 y contagia a Juan Cuenca y Gustavo García, sus asistentes de máxima confianza, que viajan en el asiento trasero. Me reservaron la butaca del acompañante, para que converse tranquilo con El Negro. Así le dicen a su jefe; así se lo conoce a Yoma en el mundo de la política. Desde la hora cero de esta marca personal, el diputado me convirtió en uno más de su comitiva: me tuvo al tanto de su agenda, me llevó a las giras extenuantes y me incluyó en casi todas sus reuniones.En la Grand Cherokee se respira Terre D’Hermes, un perfume fresco y opulento, según la promesa que se lee en la etiqueta. Es la fragancia preferida del Negro. Con golpecitos en el volante, él acompaña la melodía de "New York City", el tema de John Lennon, que suena a todo volumen. Se lo nota contento. Después de diez años, volvió a hacer lo que más disfruta en la política: estar en contacto con la gente, o, como le gusta bromear, "salir a besar viejas". Imagina estas elecciones, en las que debe revertir la paliza que sufrió en las primarias ante la UCR y el PJ, como una estación intermedia camino al gran objetivo de su vida: ser gobernador. Es el sueño de que su pueblo lo convierta, cuando está a punto de cumplir 60 años, en lo que siempre quiso ser: un caudillo."¿Sabés para qué quiero ser gobernador? Para vivir acá", dice, con las palmas hacia arriba, entre dos aros de básquet, en un sector del jardín que rodea su casa. Es un chalet de dos plantas, pintado de un rosa pálido, con vista a la quebrada. Al fondo pueden verse un gimnasio, un quincho cubierto y, entre dos palmeras, una pileta. El Negro jura que cuando está en La Rioja pasa casi todo el tiempo en el estudio, ubicado en el frente de la casa, donde impacta un retrato gigante del "Chacho" Peñaloza.Podría pensarse que quiere tomar la senda de ese caudillo, o la de los revolucionarios mexicanos Emiliano Zapata y "Pancho" Villa, cuyas imágenes tapizan las paredes de su oficina del centro. O tal vez la de Anwar el-Sadat, el presidente egipcio recordado como el héroe de la guerra y la paz, en cuyo honor El Negro bautizó a su tercer y último...

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