Jorge Almirón: 'Si soy criticado con argumentos, discuto lo que sea'

Jorge Almirón dice que le dan vergüenza las entrevistas. Y arremete: "La prensa es distinta en México. Una vez, cuando era futbolista, me tuve que disfrazar de Rey Mago, claro... de Baltazar... ¿De quién, si no? Era parecida a aquellas viejas producciones de la revista El Gráfico. Allá había más cercanía entre los jugadores y los periodistas. Acá hay mucha más gente y cuesta generar el vínculo". El entrenador asegura tomarse su trabajo en Independiente con naturalidad. Sabe que, acaso por una cuestión de ángel, de carácter o de decisiones antipáticas, le cuesta ganarse el corazón de la gente.

"Este club mueve mucha gente. Eso no deja de sorprenderme, pero ya me voy acostumbrando. A mí lo que me gusta es estar tranquilo, trabajar, preparar el equipo. Sé la expectativa que se genera. Independiente tiene una historia ganadora, si bien hace mucho que no es protagonista ni gana nada, y se fue al descenso. Hoy estamos recuperando un montón de cosas".

—¿Cómo sobrellevás la presión?

—Aprendo todos los días. No hay una receta. Tal vez los técnicos que jugaron en equipos grandes, posiblemente, estén acostumbrados a las vivencias con la gente. No tuve esa posibilidad, pero no me afecta mucho. Trato de estar tranquilo. Soy así y acepto las cosas como vienen. Si el equipo anda bien y gana, como lo ha hecho, y se va aplaudido, tampoco me cambia mucho. Ya estoy pensando en lo que viene. Cuando las cosas no andan bien, soy el más tranquilo. Trato de no distanciarme mucho de la realidad.

—¿Entendés a la gente?

—Entiendo que así somos nosotros. Cuando vamos a la cancha, y si bien estoy desde otro lugar, sufro como espectador, lo siento. Por eso entiendo cómo somos y cuando se insulta por una jugada, por un cambio, porque pierde el equipo, porque no se traba con la cabeza… Así lo vivimos nosotros. Entiendo esa parte. Después, el análisis de la semana debería ser mucho más objetivo. Eso no lo comparto. Las cosas negativas trato de no escucharlas, de no absorberlas. Si soy criticado con argumentos, discuto lo que sea, pero no me gusta cuando hay mala intención.

—¿Y ves mucha mala intención?

—Trato de no escuchar. Cuando llegué al club, se me criticó por no ser conocido, era normal. Me daban tres o cuatro partidos. Y bueno… entendí que no se analizaba nada. No había posibilidad porque estaba todo muy en el aire. Me abstraje de eso y nada más me dediqué a trabajar. Tuve momentos de dudas en el arranque, como todo proceso, pero nada más. Nos acomodamos e hicimos...

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