Joker, entre la ficción y la realidad

Hace ya unas semanas que Buenos Aires se sumó a las ciudades que convirtieron a la película Joker (Guasón) en un resonante éxito de taquilla. Alejada de los convencionales films de superhéroes, muchos de ellos dirigidos al público infantil, en los Estados Unidos fue calificada como solo para adultos, mientras que aquí es apta para mayores de 16 años, con reservas.Con una descollante actuación, Joaquin Phoenix encarna al histórico enemigo de Batman. Nunca ha sido el Guasón un personaje liviano. Por el contrario, su maldad fue siempre explícita: peleador, traicionero, secuestrador y hasta incinerador de personas. Un asesino. Pocas cosas malas se ha privado de hacer y no siempre se ha criticado a ese personaje de ficción, como ocurre con el actual.La violencia no es un caso aislado en el arte. Es más, ha ido incrementándose de manera directamente proporcional a la registrada en las sociedades. Si se quiere tomar un ejemplo, el del cineasta Quentin Tarantino es insoslayable: sus películas entrelazan imágenes de suma crueldad con una música indescriptiblemente bella y efectos que hacen de la ficción algo mágico y a la vez perturbador.La tragedia griega o el circo romano llevan implícita una profunda violencia, reflejo de una época. Incestos, parricidios, filicidios eran moneda corriente. Hoy no se los interpreta del mismo modo. La sociedad cambió.El caso del Joker de Phoenix pone a nuestra sociedad actual en un lugar incómodo. Encarna a un psicópata, producto de una madre adoptiva tanto o más psicópata que él y de una sociedad hostil que no perdona su locura y trata de expulsarlo a como dé lugar. Son muchos disvalores asociados a una misma figura de ficción.Que mucha gente que haya visto Joker considere que ese personaje representa un mal ejemplo o un riesgo potencial para los espectadores resulta atendible en cierto punto. Existe el antecedente del estreno de la película Batman en Colorado, en los Estados Unidos, en 2012, que se conoció como "La masacre de Aurora", con 12 muertos y 70 heridos a manos de una persona desequilibrada. Víctimas de aquella matanza escribieron a la productora Warner Bros para demandarle que usara su influencia para presionar en el Congreso una reforma sobre el uso de armas , además de cuestionar la presentación del Guasón bajo seudosimpáticas formas de humor. La respuesta recibida fue que ni la película ni el personaje pretendían respaldar la violencia ni presentar a un héroe. El hecho de que una persona...

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