João Bosco: 'La opinión de la gente importa y nos termina influyendo'

Cuando Diana Krall vino, en 2000, a tocar y cantar en el teatro Gran Rex, invitó a João Bosco para interpretar "Garota de Ipanema". Lo fue a buscar casi hasta bambalinas, caminó con él hasta el centro del escenario y mientras João acomodaba el micrófono y la silla, ella le hizo una reverencia de admiración con los brazos extendidos y un movimiento de cabeza. Mientras tanto, el público aplaudía con fuerza.

Es que en nuestro país João Bosco no es un músico popular, sino de culto. Una parte de su extensa carrera será plasmada en el concierto que hoy, a las 20, dará en el CCK (las entradas están agotadas, pero se podrá ver por streaming, desde el sitio web del centro cultural). Seguramente se escuchen algunos de éstos: "Papel Maché", "Dois Pra Lá, Dois Pra Cá", "O Bêbado e Equilibrista", "Agnus Sei" o "Corsário".

Bosco viene haciendo retrospectiva, celebrando cuatro décadas de carrera, aunque son casi cinco desde que comenzó a fines de los sesenta, a componer canciones. "Sí, comienza mucho antes que eso -asegura, un par de horas después de su arribo a Buenos Aires, desde Río de Janeiro-. Cuando estudiaba en Ouro Preto y tenía grupos vocales e instrumentales. Mi primera grabación es del 72, pero eso sólo le dio un marco a lo que podría ser un comienzo".

-Pero ese primer disco, que fue un simple, tuvo el padrinazgo de Antonio Carlos Jobim, con la grabación de un tema de cada uno de ustedes. ¿Cómo fue esa experiencia?

Jobim ya era uno de los grandes compositores de una música moderna, la bossa nova. Grande a nivel nacional e internacional. Ya había grabado con Sinatra. Lo que lo hace interesante es que en esa época Jobim había grabado en aquel disco una música inédita y emblemática: "Águas de Março". Luego sería parte de un disco que él grabó en 1973, Matita Perê, que es también emblemático para su carrera. Porque es cuando él deja la playa, el litoral, la arena, la bossa nova y se adentra en lo que llamamos la mata brasileira. Y yo comienzo cuando en la vida de Jobim había una transformación. Viví eso de cerca.

-Usted es de la generación de Toquinho, que tiene su misma edad, y Maria Creuza. Vinicius, que sabía descubrir el talento en los jóvenes, vio en ustedes algo especial.

Sí, yo tengo la misma edad de Toquinho. A Vinicius lo conocí en Ouro Preto, Minas Gerais. En ese año inauguramos una amistad y una parcería, porque escribimos canciones juntos. Él me invitó a ir a Río de Janeiro y me presentó a una serie de compositores. Conocí mucha gente...

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