As relaçoes de trabalho nas reduçoes jesuíticas com os índios guaranis, na Provincia do Paraguai

AutorRodolfo Capón Filas

Reginald Felker,As relaçoes de trabalho nas reduçoes jesuíticas com os índios guaranis, na Provincia do Paraguai, LTr, San Pablo, 2009, 136 págs.

  1. En uno de nuestros primeros viajes a Brasil (y van….) mi esposa y yo, de las manos de don Reginald Felker, fuimos a Cruz Alta y a Santo Angelo a dar unas palestras y a quedarnos callados y estupefactos ante la grandeza de la Misión de San Miguel Arcángel que, mediante barriletes al viento, comunicaba las novedades a los restantes Pueblos, sobre todo anunciándoles la llegada de los bandeirantes que, desde Sorocaba, descendían río abajo para “desbravar caminos, caçando indios” (como hasta ahora anuncia el monolito a la vera del río). Acompañados del Decano de la Facultad de Derecho de Santo Angelo, don J.Augusto Rodrígues, un hombre sabio en el sentido clásico de la palabra, empezamos a entender la historia y los vericuetos de esta aventura humana, destrozada por las ambiciones políticas de los grandes potencias coloniales de la época, España y Portugal, con la complicidad del Papa quien no dudó en sacrificar a los guaraníes y a los jesuitas. Los guaraníes y algunos jesuitas lucharon, como detallan los capítulos VIII y XII de este magnífico libro.

  2. Obviamente, “hay más cosas” (como se dice en español cuando uno se refiere a un misterio).

    Como discípulo de los jesuitas y ya habiendo visto cómo cumplen su voto de obediencia tamquam cadaver (Ignacio de Loloya, militar vasco, fundador de los Jesuitas, formó un Ejército, siendo el nombre Compañía un mero eufemismo) supongo que en los archivos vaticanos o en los de la Compañía de Jesús se encuentran los documentos que prueban el sentido profundo de esta experiencia maravillosa de in-culturizar el Evangelio en la realidad social de los pueblos. Hablar con Dios, dormir la siesta, trabajar solamente hasta el mediodía del sábado, celebrar verdaderas convenciones colectivas de trabajo para roturar la tierra, sembrar, cuidarla, cosechar, repartir el excedente, son todos adelantos laborales para la época, hasta tal punto que los convenios de la OIT respecto de la jornada de trabajo (nº1) y fomento de la negociación colectiva (nº 154) ya estaban en práctica en estas misiones. Por las Ordenanzas de Alfaro (1611) se extendió a toda la zona de la Encomienda (trabajo agrario colonial español) el descanso semanal desde el mediodía del sábado, dando por resultado que el “sábado español” es anterior o al menos contemporáneo al “sábado inglés”, tomado luego como...

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