¿Jardín de la República?

El gobernador tucumano, José Alperovich, consiguió su objetivo y mañana competirá por gobernar a la provincia durante 12 años consecutivos. Y si consigue una importante cantidad de votos, desde la primera línea del Poder Ejecutivo hacia abajo amagan con otra reforma constitucional para habilitar más mandatos. El desequilibriorepublicano ha terminado gestando una democracia torcida.Que las normas no estén para ser cumplidas sino para ser modificadas ha sido un signo de esta gestión, como de otras en las que el caudillismo y el personalismo exacerbado se han convertido en una característica central.Las idas y venidas de la gestión de Alperovich fueron recurrentes. Mediante una ley, fueron puestos en venta inmuebles públicos que conforman el patrimonio arquitectónico provincial, pero después de protestas ciudadanas, se dio marcha atrás. Una semana antes de las elecciones de 2007, en las que consiguió la reelección, el gobernador decretó que la provincia pagaría una compensación a los jubilados transferidos que ganaran menos de 1500 pesos (21.000 sobre un total de 25.000 pasivos, por entonces) a fin de materializar el 82% móvil. Sólo cumplió por tres meses. Este año dio por cerradas las paritarias con la Policía, tras aseverar que la provincia ya no tenía dinero, para luego de un acuartelamiento volver a abrirlas. En 2009, hizo lo mismo con los trabajadores y profesionales de la salud pública, que mantuvieron tomados los hospitales durante meses. Lo mismo que en 2010 y que en 2011. Ya antes de asumir, consiguió que la anterior composición legislativa, semanas antes de que expirase el mandato, modificara el mecanismo de los decretos de necesidad y urgencia. Antes, caducaban si no tenían tratamiento a los 20 días. Ahora, si los parlamentarios no los debaten en ese plazo, quedan firmes.La erosión de la autoridad de la ley y del sistema republicano se explica porque Alperovich necesitaba dictarle una excepción al más republicano de los principios, que a la vez es cimiento de toda democracia liberal: aquel por el cual todos los ciudadanos somos iguales ante la ley.Ese axioma no se aplica para el gobernador de Tucumán. Mañana, él (sólo él, y nadie más que él) será el único tucumano que tendrá la oportunidad de aspirar a la...

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