Isabel Macedo: belleza natural

Estoy cansada de no hacer nada", dice, y se echa en el sillón simulando un momento de relax. "No sabía cómo era esto y ahora soy fanática. Sí, soy una fanática del ocio", afirma, como si se tratara de un principio al que no piensa abandonar demasiado pronto. "El año pasado fue muy difícil para mí [hace referencia a la muerte de su papá, Antonio], trabajé un montón [fue Laura en Guapas]. Por ahora, no quiero ponerme ninguna presión ni tomar decisiones. Quiero disfrutar de mi familia, de mis amigos, de mis tiempos, de lo que ocurre con Fronteras [la miniserie que emite Telefé]. Es muy esclavo estar todo el día en un canal grabando y fueron muchos años seguidos de eso. Hice cosas divinas, que me encantaron y que me ayudaron a crecer un montón, pero ahora necesito un respiro." Inhala, levanta sus brazos, exhala y se desarma en el sillón de Villa Isidro, un hotel boutique en el casco histórico de San Isidro.

En un instante, como quien tomó energías prestadas, sacude su cabellera en busca de comentarios. "Para esta tapa estreno flequillo. El que yo misma me corté", avisa. La aprobación no se hace esperar y, feliz con los elogios, se anima a develar el secreto: "Viste que cuando dejás a los chicos solos hacen cosas, bueno..., yo también. Me puse frente al espejo y listo. Tenía miedo de pasarme y que me quedara muy rolinga, pero nada que ver, me quedó largo. Chicas, se vienen los flequillos largos", anuncia con alegría y en busca de un nuevo mimo extiende las manos. "Las uñas me las hizo Carla [Peterson, amiga y compañera de Guapas]. ¿No están divinas?"

Hay momentos en que la frescura con la que Isabel se desenvuelve deja percibir a una mujer que escapa de quienes puedan lastimarla, avasallarla. No se trata de fragilidad, sino de un cuidado de quien se le hace carne el dolor. "Hay tanta violencia, de todo tipo, salís a la calle y hay gritos, maltrato. La verdad es que para eso prefiero quedarme en mi casa que exponerme. Lo que no me gusta o lo que me puede hacer mal lo alejo. Ahora estoy poniendo en práctica un ejercicio espectacular: cuando estoy mirando la tele y van a hablar mal de alguien, cambio de canal. En otra época me enganchaba, decía qué horror o me detenía en distintas notas y me enojaba con las que hablaban de mí. Decía, qué mentirosos [hace la mímica de pasar una página tras otra], por qué dicen esto."

Y ahora, ¿leés lo que dicen de vos?

Me cuesta un montón entender cómo alguien puede decir algo de mí sin saber quién soy. Yo no lo sé hacer, no me interesa. Gasto mi tiempo en mí, en las cosas que me gustan. Busco disfrutar. Me pasa que mucha gente después de tratarme me dicen ay, pero sos un amor, no sos como dicen. Muchos se piensan que soy un monstruo. A mí me pagaron por hacer de mala [fue malísima en Floricienta y en Botineras], no voy por la vida trabajando gratis. Otra cosa: dicen que soy reseria como algo malo. Soy seria. Ves mi fotos de cuando tenía un año y estoy seria [pone cara], ves la del primer día de colegio y lo mismo. No es que sea aburrida, mala onda, antipática y ni tantas otras cosas que dicen por ahí. Me...

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