Las ironías de Hans von Bülow

Excelso pianista, el primer gran director de orquesta de la historia y, sin lugar a dudas, una verdadera personalidad de su tiempo, Hans von Bülow dejó una huella significativa en la música de la segunda mitad del siglo XIX. Aún sin haber sido un compositor, en un plano de absoluta igualdad, compartía espacios, debatía e instalaba ideas y estéticas con los creadores más notables de la época y se enfrascaba en arduas disputas intelectuales demostrando una capacidad y una firmeza sumamente llamativas. Y era particularmente ácido. Cesar Cui, el compositor ruso, uno de los integrantes del Grupo de los Cinco, en alusión a su barba candado, una vez, le espetó: "Usted no se afeita, pero siempre tiene una navaja filosa en la boca". Brahms, que, hacia 1870 se había transformado en el compositor que gozaba de todas sus preferencias, comentó: "Los elogios de Bülow arden como sal en los ojos". Así era Von Bülow, un auténtico divo, un tirano segurísimo de sus ideas y de sus conceptos musicales. Sus opiniones y consejos eran importantísimos para cualquier...

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