Los invisibles. De la 'ruta de la efedrina' en Ingeniero Maschwitz a la cocaína de Rosario: cómo opera la DEA en la Argentina

Secuestran 1525 kilos de cocaína en Rosario que iban a salir por el puerto rumbo a Dubai

En los últimos tres meses se movieron tres toneladas de cocaína por Rosario. Al menos, es de lo que se tiene constancia. La mitad salió por la Terminal Puerto Rosario SA. La otra mitad, no; en parte, gracias a la agencia antidrogas norteamericana. Los policías federales de la División Hidrovía del Paraná la encontraron a tiempo en un galpón de Empalme Graneros. La nueva operación apalancada por la Drug Enforcement Administration derivó en el mayor decomiso de la historia de Santa Fe y en el cuarto de la historia argentina. A más de 8000 kilómetros de distancia de su base central, en Arlington, Virginia, la DEA ya tiene los pies puestos en la Hidrovía .

A punto de cumplir 50 años de existencia, la DEA está en la Argentina desde el primer día, y de una u otra manera participó en los tres mayores secuestros de cocaína: la Operación Strawberry , con 2177 kilos de cocaína, en 1997, Bobinas Blancas , con 1862 kilos en 2017, y Águila Blanca , con 1800 kilos ese mismo año. Y ahora, los 1658 kilos en Rosario .

Pero esa, la de los grandes operativos, es la historia oficial. Sí: la DEA en la Argentina también tiene su historia "encubierta". Invisible, inconfesable . Porque nunca consiguió que un gobierno local la autorizara a investigar por su cuenta. Y porque no iba a quedarse en el país solo para intercambiar información, donar tecnología y capacitar policías.

Por algo tiene "facilitadores" : jueces, fiscales, funcionarios, policías y abogados que, como lo definió el periodista Julián Maradeo en su libro La DEA en la Argentina, una historia criminal , se subordinan a la agencia a la hora de planificar una investigación, que no siempre se asienta en los expedientes judiciales.

Contactos locales

Dos argentinos fueron testigos de eso. O, mejor dicho, acusados. El primero fue Carlos Savignon Belgrano , que estuvo cuatro meses tras las rejas por la operación Langostinos de 1988. Solo cuando el por entonces jefe de la DEA en Buenos Aires lo reconoció como su informante, el juez lo soltó. El otro fue Julio César Pose , alias "Gitano", un exagente de la SIDE reconvertido en freelance de la agencia: cobraba por cada misión: si eran menos de 10 mil dólares, recibía efectivo; si era más, le tocaba un cheque que depositaba en una cuenta que se abrió en los Estados Unidos. Eso lo llevó a hacer, el 31 de diciembre de 2003, la operación Flor de Acero: 31 kilos de cocaína de...

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