Inversiones: RSVP
Por más que lo dicte el protocolo, los inversores no saben/no contestan a la invitación argentina. RSVP es el pedido de respuesta que, con cortesía, se escribe en francés y luego se repite en español, inglés, ruso, chino y japonés. "Responda si le place", reza el acrónimo. Pero ni con rezos se obtiene la respuesta. Por lo visto, a los inversores aún no les place.
El gobierno de Mauricio Macri recibió una herencia envenenada: aunque su equipo y su discurso seducen en el exterior, la carga del pasado es aún muy pesada. Y los argentinos no la aligeramos: el corto plazo manda y el populismo dignifica. Las palabras eficiencia y productividad están vedadas. Y la política quiere votos, no el bronce.
El Presidente se enoja con los empresarios nacionales por no liderar el cambio con inversiones. Pero la realidad es que, a diferencia de Chile, Brasil o Colombia, en la Argentina la mayoría de las grandes empresas son extranjeras. Sus gerentes carecen de facultades para disponer inversiones y las casas matrices son cautelosas. Somos un país con prontuario, no con currículum.
Tras el abandono de la convertibilidad y la llegada del default, aplaudido de pie en el Congreso, el kirchnerismo procedió a destruir las bases que habían permitido la llegada de inversiones extranjeras en servicios públicos y obras de infraestructura. Arrasó con la seguridad jurídica, con el pretexto de asegurar estabilidad política. Sobre los escombros humeantes del anterior modelo, expandió un Estado de corrupción.
Los pilares de la inversión privada fueron demolidos mediante la violación de contratos y marcos regulatorios, la pesificación y el congelamiento de tarifas, la paralización de inversiones, la confiscación de YPF, la persecución a Shell, la estatización de las AFJP, los controles de cambios, los controles de precios, la degradación de la moneda, el endeudamiento interno, la falsificación de índices y la prohibición de indexaciones; la veda a la salida de carne, leche y trigo, destruyendo esas producciones; la manipulación de precios de los hidrocarburos, eliminando el autoabastecimiento; las falsas exportaciones para autorizar importaciones; el cambio de dueños en las empresas privatizadas (imponiendo amigos del poder); el ahogo a la prensa independiente y el manejo del BCRA, la AFIP, la Aduana, la Procelac, la UIF, la CNV, la IGJ, Telam, la Comisión de Defensa de la Competencia, la "Justicia Legítima", la Procuración del Tesoro y el Ministerio Público Fiscal para...
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