El Gobierno pide inversión y promete contener los salarios

La nueva sintonía del Gobierno con los empresarios es de ida y vuelta: a cambio de las señales positivas que les envió en estos días a los industriales, la presidenta Cristina Kirchner les reclama alcanzar en dos o tres años una meta de inversiones de entre 15.000 y 30.000 millones de dólares anuales adicionales para contener la posible pérdida de empleos que pudiera ocasionar la crisis global.La Presidenta tuvo reuniones reservadas con importantes dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), que preside José Ignacio de Mendiguren, según confiaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada. Allí se planteó un pacto productivo, del que por ahora quedó afuera el jefe de la CGT, Hugo Moyano, que contempla una pauta salarial con techo de aumentos del 18 por ciento y cambios en la legislación de riesgos de trabajo, entre otras medidas reclamadas por el empresariado.Con esa misión la ministra de Industria, Débora Giorgi, frecuentó los sectores automotor, de autopartes, maquinaria agrícola, alimentos, textil, lácteo, y químico y petroquímico, entre otros, para tratar de acordar metas de empleo e inversión."Moyano pretende que la rentabilidad empresaria vaya a fuertes aumentos de salarios. Cristina busca, en cambio, que no se giren ganancias al exterior y que se reinviertan en el país para crear empleos", aseguraron a LA NACION en la Casa Rosada. "Ese es el nudo del conflicto con Moyano", agregó una fuente. Esta compleja pelea es la que deberá gestionar Julio De Vido en el segundo mandato presidencial.El "superministro" de Cristina Kirchner será gestor de la "sintonía fina" y del "sinceramiento" del modelo: también deberá cuidar que la suba de costos por quita de subsidios a la luz, el gas y el agua no se trasladen a los precios y a la inflación.Pero la creación de más empleo es la obsesión de Cristina Kirchner. Los empresarios coincidieron: la meta es posible, pero sólo si hay condiciones de rentabilidad y competitividad que hoy no ofrece el Gobierno.Por eso, Cristina Kirchner recitó estas semanas un manual para bajar los costos laborales, admitieron en Balcarce 50.En público y en privado, les garantizó a la industria y a la construcción -pero alcanzará a todos- que no impulsará la ley de reparto de ganancias entre trabajadores, que reclama Moyano. Fue la señal más clara. También les aseguró que abogará por la moderación en los reclamos salariales en 2012, con un tope de aumento de no más de 18% y que buscará frenar la "industria del juicio" y la doble vía en...

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