Introducción
Autor | Juan José Alvarez |
Páginas | 11-27 |
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La pasión y el interés, el coraje y aun la buena voluntad, son necesarios, como el motor, para que una política levante su vuelo, pero sólo las ideas pueden darle estabilidad. Por medio de ellas se apoya y afi anza en las cabezas de los ciudadanos.
José Ortega y Gasset
Todos los movimientos de acción colectiva, si necesitan de realizadores, necesitan también de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mirar atrás. El predicador es el hombre que persuade para que todos hagamos, simultáneamente, lo que tenemos que hacer... Los dos son indispensables para nuestro Movimiento. En esos cuadros quien logre ser a la vez realizador y predicador es el ideal que puede alcanzar un hombre.
Juan D. Perón
La política es como la esfi nge de la fábula: devora a todos los que no logran descifrar sus enigmas.
Antoine de Rivarol
En más de veinte años de democracia ininterrumpida, el sistema político argentino ha mostrado serias difi cultades para resolver una buena parte de los problemas estructurales que nos aquejan.
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En dicho período, sólo transitoriamente hemos podido dar cuenta de algunas de las cuestiones que integran la agenda estratégica de la Argentina. Así, por ejemplo, nuestro país ha podido consolidar los principios e instituciones básicas del Estado de Derecho y como contracara ha podido transformar a las Fuerzas Armadas en una de esas instituciones fundamentales del Estado de Derecho y no en un actor político relevante dentro del sistema como venía siéndolo desde 1930; se ha podido terminar con un mal que azotó a nuestro país durante buena parte del siglo XX como la inflación y la pérdida de valor de la moneda; se han podido desbaratar hipótesis de guerra en el escenario regional con países vecinos y entonces impulsar procesos de integración comercial, económica, social y política con otras naciones de América latina; entre otros trascendentales logros.
No obstante, hemos recorrido dos décadas de recuperación de la democracia sin poder resolver el principal problema estructural de la Argentina: la calidad de la política y sus procesos, y las instituciones políticas
Todo sistema político mide su calidad en función de su capacidad para resolver de manera real y efectiva la tensión constante entre gobernabilidad y control, propia de todos los sistemas políticos modernos.
En general, los sistemas políticos se han estudiado desde una perspectiva estática, esto es, las formas alternativas de organización de los órganos políticos que ejercerán el poder del Estado. De allí las funciones legislativa, ejecutivaPage 13y judicial que se distribuyen según la forma de gobierno (parlamentarismo o presidencialismo) entre determinados órganos gubernamentales.
Desde una perspectiva dinámica, es decir, desde la visión de la "anatomía del proceso gubernamental", según los términos de Karl Loewenstein (1983), se distinguen dos grandes funciones del poder: la gubernamental y la de control.
La función gubernamental consiste en la defi nición de la dirección política que se imprimirá y en la adopción de las decisiones fundamentales destinadas a realizarla.
La función de control tiende a asegurar el carácter limitado del poder estatal, de modo que el accionar gubernamental se desarrolle dentro de los amplios, pero no ilimitados, marcos constitucionales.
Desde esta perspectiva dinámica, las dos dimensiones que conforman la "anatomía del proceso gubernamental" son: por un lado, la gobernabilidad, entendiendo por tal la capacidad de ejercicio efi caz y sostenido de la función gubernamental; y, por otro, el control, esto es, la capacidad de establecimiento de límites reales y razonables al ejercicio del poder estatal.
Simplifi cando, son considerados sistemas políticos de alta calidad aquellos en los cuales la función gubernamental y la función de control se ejercen por los distintos órganos de gobierno y actores políticos de manera complementaria y no contradictoria, generando así un equilibrio dinámico en el sistema político.
En la posición contraria, son considerados como sistemas políticos de baja calidad aquellos en los que diversos problemas ubicados tanto en el plano de las instituciones de gobierno como en el plano del proceso político impiden el equilibrio del sistema, de forma tal que una de las dos funciones del poder se ejerce a expensas de la otra. Cuando laPage 14gobernabilidad del sistema se alcanza a expensas del control o cuando la función de control se ejerce de modo tal que obstaculiza la gobernabilidad, entonces se produce el bloqueo y la crisis del sistema.
Así, la incapacidad de resolver la dialéctica abierta y permanente que marca la dinámica del gobierno en las sociedades contemporáneas (esto es, la dialéctica gobernabilidad/control) conduce hacia la degradación de las instituciones de gobierno y del proceso político de tales sistemas. Al ocurrir esta degradación es cuando emergen en la escena política los problemas de los liderazgos plebiscitarios, los proyectos mesiánicos, los partidos hegemónicos, el vaciamiento de contenido de las democracias que se convierten en meras cáscaras formales, y las ciudadanías limitadas o restringidas, entre otros vicios.
La refl exión de la ciencia política en períodos recientes, fundamentalmente durante los años noventa, dirigió su atención hacia las instituciones políticas de los países de la región, aunque con suerte diversa. Si bien la temática de la gobernabilidad y del control ha estado presente en la discusión académica y en los principales escritos políticos recientes, no se ha logrado generar un cuerpo teórico lo sufi cientemente profundo y sólido como para instalar en la agenda pública la problemática de las instituciones de los sistemas políticos latinoamericanos.
La producción sobre el presidencialismo y la democratización, sobre las democracias delegativas o sobre las ciudadanías de baja intensidad, por citar arbitrariamente algunos de los tantos tópicos, no dieron cuenta del principal problema de las democracias latinoamericanas y de la argentina en particular: el proceso político adquirió una dinámica por la cual la gobernabilidad se planteó a expensas de las instituciones, y no a partir de las instituciones. Y esto no sóloPage 15significa que la función de control uno de los dos elementos constitutivos de los sistemas políticos modernos...
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