La interna en Mercedes le dejó el triunfo a Ricciardo

No hay dudas de que la Fórmula 1 no se duerme en un abrumador y somnoliente dominio de Mercedes gracias a... Mercedes. El equipo alemán demuestra una superioridad que se refleja en el vuelta por vuelta de cada GP. Vale con analizar los ensayos y la clasificación (más de 2 segundos de ventaja) en el siempre atractivo y tradicional circuito de Spa-Francorchamps (¡Qué linda es la mítica curva de Eau Rouge con la superficie húmeda!) para valerse de un control superlativo.Sin embargo, los problemas entre sus pilotos, los encuentros en la pista y las diferencias entre ellos provocan que la máxima categoría se despabile y se zambulla en una serie de controversias que mantiene viva la actualidad de la disciplina reina del mundo de la velocidad.Mercedes tenía todo para ganar en el Gran Premio de Bélgica, 12a fecha de la temporada que lidera el equipo alemán en la Copa de Constructores y con sus dos representantes en el certamen de pilotos. De hecho, el título está entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton. Pero ese 1-2 vaticinado por todos en el paddock de Spa-Francorchamps se frustró con un toque inicial, cuando el alemán intentó superar a su compañero británico, que marchaba primero.Consecuencia: Hamilton sufrió la rotura del neumático trasero izquierdo (completó casi todo el giro en tres ruedas para ingresar en los boxes para la reparación) y Rosberg se retrasó con la trompa rota (voló el spoiler delantero derecho).El nerviosismo de Mercedes trascendió y se respiró durante toda la competencia. Hamilton quedó muy retrasado hasta que finalmente abandonó. Y Rosberg intentó recuperarse con las cubiertas blandas, pero no le alcanzó para batir a Daniel Ricciardo, que heredó una situación...

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