Días intensos para el squash, detrás de un sueño olímpico

La lucha diaria de un deporte amateur para ganarse un lugar por derecho propio encuentra búsquedas nobles, pero que suelen transitar senderos espinosos. En ese aspecto, son días interesantes los que les toca vivir al squash. Especialmente en la Argentina.La Asamblea que el Comité Olímpico Internacional desarrollará en la Argentina en el mes próximo, además de seleccionar la sede de los Juegos de 2020 (privilegio por el que competirán Madrid, Estambul y Tokio), evaluará la posibilidad de nombrar -o no- una nueva disciplina para encuadrar en su programa. Hay tres deportes en la mira y alguno de ellos puede sumarse a la actividad olímpica dentro de siete años. Entre ellos está contemplado el squash, pero también la lucha grecorromana y el béisbol (varones) en sociedad con el softbol (mujeres).Ese sueño que los amantes del squash tienen desde hace tiempo coincide con la organización del XXIII Panamericano que se hará en el Tortugas Country Club, entre el 1° y el 8 de septiembre. Un torneo de jerarquía que, por si fuera poco, tendrá además una exhibición con el N° 1 del mundo, el egipcio Ramy Ashour.Demasiadas emociones juntas que interesan y desvelan también a Ricardo Ippólito, director deportivo de la Asociación Argentina de Squash, quien carga un lógico entusiasmo, ya que estará a cargo de la dirección técnica del torneo. "Será una buena muestra de lo que podemos lograr, porque además de que la Argentina volvió a los mundiales en 2011 después de muchos años de no actuar, éste será un torneo fuerte al que asistirán Estados Unidos y Canadá, que no habían estado en el certamen de México del año pasado. Y todo será fortalecido con la presencia del N° 1 del mundo, que vendrá a dar una conferencia y a realizar...