Integracón comunitaria eficaz

AutorRoberto Dromi
Páginas319-350

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La integración con fines económicos y/o políticos que desarrollan las naciones modernas es el resultado del acortamiento de las distancias entre los pueblos. La tecnología de las comunicaciones y los transportes han multiplicado las vinculaciones y determinado una suerte de homogeneización que se pretende superadora de las identidades nacionales. La integración proporciona una óptica diferente en el relacionamiento internacional y da como resultado sociedades más abiertas.

Conviene señalar que la integración es siempre una decisión política, que se basa en una concepción similar del mundo; este es su sustento cultural.

La Constitución argentina prevé la integración1 tanto con Estados latinoamericanos como con otros Estados, brindando una eficaz herramienta de desarrollo, pues contempla la posibilidad de incorporarse al modelo de alianzas, comunidades o mercados comunes2. Page 320

Entendemos que nuestro tiempo, testigo de un mundo globalizado, exige compartir esfuerzos y sumar capacidades a través de la integración para poder ser parte del desarrollo. La "lucha común" a favor del desarrollo constituye la causa final de este modelo de cooperación entre Estados. Con este objetivo se constituyó el Mercado Común del Sur (Mercosur)3.

No podemos vivir desconectados del mundo, hemos avanzado económicamente pero no es suficiente, debemos asociarnos, acompañarnos; el aislamiento y la soledad no nos conducirán a buen puerto, debemos poner fin a situaciones de:

- Carencia de políticas motivadoras de negocios "paíspaís".

- Ausencia de políticas comunes en sectores estratégicos.

- Inexistencia de políticas comunitarias para el desarrollo de biocombustibles.

- Infraestructura regional insuficiente.

- Persistencia de asimetrías en el Mercosur4. Page 321

1. Impulsar la integración regional plena

Crisis de estancamiento, paralización e incertidumbre, intentos de escisión y amenaza agonizante de extinción, son algunos calificativos de la situación actual del Mercosur. No aceptamos esta visión apocalíptica. Tampoco minimizamos las dificultades de nuestra integración regional.

Los problemas no pasan sólo por las disputas comerciales. Van más allá. No alcanza con una revisión de las cuestiones coyunturales. Estamos ante problemas de fondo, estructurales y estratégicos. Por ello preferimos hablar de vacilación, de tránsito dificultoso para arribar a la verdad, acerca de lo que el Mercosur debe y puede ser.

Nuestra vacilación excluye la hipótesis de que el Mercosur "no sea". La solución no pasa por la inmolación del Mercosur en aras de futuras uniones de libre comercio, que tampoco resolverán los déficits estructurales que padece la región. La solución es más Mercosur. Un Mercosur con oxígeno político y económico, profundizado y desarrollado, creciente y eficiente, integrado y equilibrado, moral y tecnológicamente comprometido con el crecimiento.

Ante la duda, decisión. El tránsito de la vacilación a la certeza exige decisión política para hacer realidad los valores de la integración. Decisión política que hasta hace poco estaba signada por el consenso y hoy ha devenido en disenso, Page 322 en espíritu de contradicción, mostrando las debilidades de nuestra integración. Por ello creemos necesarias y urgentes una serie de medidas irreversibles que, como agenda impostergable y recetas propias y desde adentro, permitan atravesar la transición de la volatibilidad a la estabilidad.

Por esencia y existencia el Mercosur necesita ahora una profundización de las reglas políticas, económicas, financieras y jurídicas para creer y crecer.

a. Completividad institucional en la organización y en la regulación. Completar las instituciones es hoy prioridad del Mercosur, tanto en el ámbito de la organización como en el de la regulación.

Respecto de la organización, el Mercosur debe crear las instituciones de las que aún carece y hacer eficaces las que ya posee. El disenso interno ha puesto en evidencia la fragilidad de su sistema intergubernamental, sometido a los vaivenes políticos, supeditado a la burocracia de turno y al voluntarismo.

Se necesitan órganos independientes de carácter supranacional, no sólo para la solución de controversias, sino también para la fijación de políticas comunes. La creación de un órgano intergubernamental, pero con potestades supranacionales aparece como alternativa viable y prioritaria. Un avance institucional, en este sentido, sería la representación común ante los organismos internacionales.

En lo atinente a la regulación, no basta con completar las lagunas normativas. También debe asegurarse la operatividad de las normas, pues muchas son sólo declarativas, no se encuentran vigentes5. Page 323

b. Competitividad económica en la producción y en la comercialización. El Mercosur debe producir y ganar competitividad. Ser competitivo en la producción para mejorar la balanza comercial extra comunitaria. Debe mejorar la calidad de sus productos y servicios, ofreciendo a la liberalización del mercado bienes que tengan crédito intrínseco en el consumo.

En tal sentido, el Fondo de Convergencia Estructural (FOCEM) fue puesto en marcha en diciembre de 2006 durante una reunión de los ministros de Economía y los titulares de los bancos centrales del bloque, cuya meta es aumentar la competitividad de los países miembros y reducir las desigualdades existentes entre sus economías.

El FOCEM, en principio, beneficiaría en particular a Paraguay y Uruguay, las economías más pequeñas del bloque sudamericano, sobre todo por medio de la asignación de recursos para proyectos de desarrollo e infraestructura que busquen acelerar la integración regional. El Fondo cuenta con un capital de u$s 100 millones anuales, destinado a financiar programas para promover la convergencia estructu-Page 324 ral, desarrollar la competitividad, promover la cohesión social, en particular de las economías menores y regiones menos desarrolladas, y apoyar el funcionamiento de la estructura institucional y el fortalecimiento del proceso de integración.

Este monto será conformado por los países miembros de la siguiente manera: Brasil aportará el 70% de los recursos del fondo, Argentina el 27%, Uruguay el 2% y Paraguay el 1% restante.

Además deben consensuarse políticas comunes para obtener un mejor reparto tecnológico, en la transferencia del know how con mejores condiciones de administración y uso de tecnologías de punta. Se debe alcanzar el acceso solidario a la propiedad industrial, en condiciones que viabilicen el desarrollo. Que la cesión tecnológica no sea "una deuda más". El dilema del capitalismo global es que los "ricos" y los "pobres" están cada vez más separados por el conocimiento6.

c. Compatibilidad jurídica en la armonización y en la seguridad. El funcionamiento del Mercosur requiere normas homogéneas. Se imponen la armonización y la codificación. Armonización de los ordenamientos nacionales entre sí, con la normativa comunitaria y con las disposiciones de la OMC. No puede construirse un mercado común con regímenes Page 325nacionales incompatibles, la armonización normativa es necesaria.

Pero además de armonizar el derecho, se necesita sistematizarlo. La codificación aparece como el medio idóneo para fijar el derecho. No se trata de la mera compilación de normas sueltas, sino de articular el casuismo existente en un sistema. De esta forma se le conferirá transparencia y certeza al derecho. Se simplificará el conocimiento de las normas y se facilitará la determinación del derecho vigente.

Ello hace que la seguridad jurídica sea un sólido basamento de inversión y compromiso de estabilidad y continuidad con reglas claras y juego limpio.

d. Racionalidad financiera en el ingreso y en el gasto público. La salud del Mercosur depende de sus miembros. Los países que lo integran no pueden aspirar a una unión fecunda si no sanean sus cuentas públicas. Es imprescindible la racionalización del ingreso y del gasto público.

El ingreso público requiere la reformulación simplificada del sistema impositivo. Urgen una coparticipación federal que le devuelva viabilidad a las provincias, la reducción de evasión y la eliminación de los impuestos distorsivos que desalientan la inversión, la producción y el empleo.

La complejidad impositiva y la represión fiscal fomentan la evasión que quieren compensar, por ejemplo, el impuesto a la renta presunta y a los ingresos brutos.

La racionalidad financiera alcanza también al gasto público. La austeridad es un deber público. El equilibrio presupuestario depende también de la convertibilidad fiscal y la "tolerancia cero" del déficit fiscal. Page 326

e. Regularidad del mercado en la garantía y en el control. La liberalización del mercado no puede ser total. La fijación de reglas de juego por el Estado es la mejor garantía de inversión y consumo. El Estado es la autoridad del Mercado. No hay soberanía por sobre el bien común. El Estado debe regular y controlar. El Estado debe ser regulador con previsibilidad, equidad y continuidad sostenida.

Inversores y consumidores son dos caras de una moneda. Se necesitan. La función del Estado es de protección, garantía y tutela. Ello debe hacerse extensivo al ámbito regional. En el Mercosur faltan protocolos operativos de garantía de inversores y consumidores intra y extra comunitarios; faltan reglas sobre unidad monetaria y bandas cambiarias intrabloque y faltan entes reguladores comunes de servicios públicos.

En cuanto a la defensa de la competencia, el Mercosur debe poner en vigencia el Protocolo de Fortaleza, ratificado sólo por Paraguay. La integración económica implica un cambio de los límites del...

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