El Instituto de Asuntos Indígenas lleva al menos tres años sin cumplir con sus metas

La relación con las comunidades aborígenes, una cuestión que se convirtió en una brasa caliente en los últimos meses, viene rezagada por el Gobierno desde hace tiempo. Tanto el kirchnerismo como Cambiemos exhibieron serios déficits para alcanzar los objetivos del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), el organismo que trabaja en los temas jurídicos y territoriales para evitar la conflictividad.

Así lo deja al desnudo el "tablero de control" del Ministerio de Hacienda, un monitoreo trimestral que evalúa si se cumplen las metas planteadas para cada dependencia del Estado, en relación con el presupuesto asignado.

De acuerdo con los datos que constan en la cartera, a los que accedió LA NACION, para el tercer trimestre de este año, ninguna de las ocho metas del INAI avanzaron de acuerdo con lo planificado. Sin embargo, desde la Secretaría de Derechos Humanos, donde se desempeña el instituto, aseguraron que la planilla que lleva Hacienda está desactualizada y que, en rigor, sólo tres programas quedaron sin cumplir.

Reconocieron, sin embargo, que el instituto arrastra serias falencias: aún no tiene dirección de asuntos jurídicos, ni departamento de administración o un área de auditoría interna, tres pilares claves para agilizar la gestión.

La postergación del asunto indígena no es exclusiva de Cambiemos. Las planillas de Hacienda muestran que durante el kirchnerismo el INAI también estuvo muy lejos de cumplir sus objetivos del área, a pesar de ser una bandera del ex gobierno.

La AGN, en tanto, realizó en marzo de este año un diagnóstico lapidario sobre el tratamiento de la cuestión indígena. "El INAI es un organismo que carece de presupuesto y capacidad institucional para mediar e intervenir en las principales actividades que afectan la vida de las comunidades", manifestó el organismo de control, al tiempo señaló que "hay una brecha significativa entre el marco legal y su implementación efectiva".

Dificultades

De acuerdo con los datos provistos por el INAI a LA NACION, correspondientes al tercer trimestre del año, hay tres programas que quedaron en "rojo".

El primero es la restitución de restos óseos o arqueológicos a pueblos originarios, piezas que a veces se exhiben en los museos y que las comunidades reclaman. "Faltó lograr consenso entre los peticionantes sobre a quién corresponden los restos", argumentaron desde el INAI en relación con las entregas no realizadas.

Otro ítem débil fue el de generación de proyectos de infraestructura...

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