Las insondables ramificaciones narco

La farsa que sucedió en una cárcel bonaerense de máxima seguridad, con la fuga casi cómica de los tres culpables del triple crimen de General Rodríguez, mostró sólo una parte menor de la complicidad entre sectores del Estado y el narcotráfico. Para peor, autoridades bonaerenses confirmaron ayer que el relato que se conoce de esa fuga es verdadero. No hubo secuestro de los detenidos, como se especuló en algún momento. Simplemente, se fueron por la puerta principal del penal, luego de empujar un antiguo y destartalado Fiat 147. Ni siquiera rompieron una puerta, aunque fuera para guardar las apariencias. Un inconfundible mensaje político.

¿Mensaje a quién? ¿Al gobierno actual, que se propuso combatir el narcotráfico e incautó en 19 días 13.000 kilos de marihuana en territorio bonaerense? ¿Al gobierno anterior, porque los prófugos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci consideraban traidores a varios ahora ex funcionarios? De hecho, Martín Lanatta había denunciado públicamente a Aníbal Fernández de complicidad con el tráfico de efedrina, un precursor indispensable para la fabricación de metanfetamina o éxtasis.

El kirchnerismo prefiere la victimización, como cada vez que está acorralado. Denunció que la fuga consentida fue el precio que el macrismo pagó por las declaraciones de Lanatta ante el periodista Jorge Lanata, que habrían frenado, asegura, la carrera de Aníbal Fernández a la gobernación de Buenos Aires. Una perversión de la lógica. Si bien todo el caso de la efedrina remite al gobierno de Cristina Kirchner, es cierto que también la administración de Macri debe responder por una fuga cantinflesca de penales que ahora están bajo el control del nuevo gobierno.

El caso es tan escandaloso que la primera decisión de la administración nacional fue proteger la figura del Presidente, que, en rigor, no tiene ninguna responsabilidad directa en el conflicto. Dieciocho días después de asumir, Macri tropezó con la herencia menos esperada. No fue la economía, ni el descontrol de la calle, ni una conspiración policial; fue el narcotráfico y sus incontables ramificaciones.

La gobernadora María Eugenia Vidal provocó una novedad: por primera vez el Estado nombró el narcotráfico como un problema y, además, lo vinculó con la política. ¿Hizo esa declaración en alusión a la fuga del penal de General Alvear? Las interpretaciones se dividen. Algunos de sus funcionarios señalan que la complicidad del Servicio Penitenciario provincial tiene la protección de...

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