Un insólito océano de inocentes

Un delito sin culpables. Coimas sin beneficiados. Un océano de inocentes para uno de los peores papelones de la Argentina en el exterior. Ese mundo de contradicciones es el que irrumpió ayer cuando un extraño tribunal leyó una sentencia más extraña aún. Un juicio de 16 años terminó en la nada. Una mayoría simple de tres jueces (es decir, dos magistrados) absolvió a los 18 acusados por el envío clandestino de armas a Croacia y Ecuador en los años 90.Si aquellos acusados, entre los que se encuentran un ex presidente de la Nación y un ex ministro de Defensa, no son culpables, ¿quiénes lo fueron? ¿Cómo y por qué, en tal caso, la investigación fue tan mal orientada durante tanto tiempo? El escándalo de la venta de armas significó en su momento la primera prisión en la historia argentina por delitos penales contra un ex presidente de la Nación. Constituyó al mismo tiempo, en el caso de Croacia, la violación por parte del gobierno argentino de una embargo de armas decidido por la comunidad internacional.Fue también, en el caso de Ecuador, una farsa: la Argentina, uno de los cuatro países garantes de la paz en el largo conflicto fronterizo entre Ecuador y Perú, rompió la neutralidad y proveyó de fusiles y municiones a uno de los países que entonces estaban en guerra. La causa judicial comenzó en 1995 con una presentación del abogado Ricardo Monner Sans, que encontró el decreto reservado que había hecho posible el contrabando, y lo había precedido una investigación del periodista Daniel Santoro en el diario Clarín.Hay constancias terminantes de que armas argentinas fueron halladas en Croacia y en Ecuador. Fusiles con la inscripción de Fabricaciones Militares se encontraron en Croacia. Eso no está en duda. A la oficina del ex juez Jorge Urso, que decidió la prisión de Menem, llegó una parte de las coimas cobradas (poco menos de 400.000 dólares), aunque nunca se supo cómo o quién la envió.Un sector del gobierno de Menem hizo trascender en su momento que el envío de armas a Croacia era una operación pedida por Washington, a pesar del embargo internacional, para equilibrar el poder de fuego en el conflicto de los Balcanes. Sobre todo, para nivelar el poder de aniquilamiento entre Croacia y Serbia. El ex canciller Dante Caputo, entonces diputado nacional, le preguntó sobre esa posibilidad, en una reunión parlamentaria, al entonces jefe del Ejército, Martín Balza. "Sin comentarios", respondió, implícito e indirecto, el jefe militar. En los momentos en que se realizaban...

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