Inseguridad. Un linchamiento expuso un fenómeno que crece con rapidez

Unas 500 personas participaron de una verdadera en Tucumán. Tras el hallazgo del cuerpo de Abigail Riquel, una nena de nueve años que fue violada, familiares y vecinos identificaron a José Antonio Guaymás como sospechoso y fueron tras sus pasos. Durante 72 horas quemaron tres viviendas que estimaban como potenciales refugio para el hombre que había salido poco antes de prisión. Guaymás tenía 19 causas por robos y en ninguna había llegado a juicio. Está vez una turba se adelantó a la policía. Fue linchado."La sociedad tucumana le está diciendo algo a las instituciones con este linchamiento salvaje. ¿Cómo es posible que los ciudadanos encuentren a la niña y al presunto abusador antes que el Estado? Esto tiene que ver con las fallas de las instituciones, errores que se traducen como violencia institucional. Las personas actúan de manera brutal porque ven impunidad. El linchamiento se podría haber evitado. En otros casos la policía hubiera investigado con mayor agilidad", reflexionó la abogada Gabriela Rodríguez, especialista en temas de género y directora académica de la Fundación Cintia Fernández, una ONG que trabaja en el Norte con familias víctimas de la violencia.El brutal episodio registrado en Tucumán no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una escalada de casos de intentos de linchamientos que se registraron durante la cuarentena.De hecho, tras el asesinato de Guaymás, en Tucumán se notificaron otros tres intentos de linchamientos, solo entre el jueves y el viernes. Al menos 30 vecinos de la zona sur lastimaron severamente a un adolescente que quiso robar un celular y tuvo que ser internado, mientras que otro grupo destrozó la carnicería de un hombre que, en el barrio San Jorge II, fue acusado de manosear a una chica de 14 años. Además, en la localidad de Delfín Gallo, otra turba enfurecida intentó capturar a un joven de 15 años, acusado de violar a un niño de tres.Y otro linchamiento se conoció ayer en Mendoza, donde un hombre denunciado por violencia de género fue asesinado a golpes por vecinos que los acorralaron cuando había evitado la captura policial.."Tenemos que pensar que hay condiciones colectivas que anteceden y posibilitan un linchamiento. Como sociedad, nos tenemos que preguntar cuáles son esas condiciones. Cuando no se toma una denuncia, se ponen en juego prejuicios de género sobre la persona que ha sufrido violencia. Por eso es importante la aplicación de la ley Micaela, que va de la mano de un cambio social"...

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