Inmunidad garantizada en el arco

No debe de haber para un árbitro una situación tan compleja como aquella en la que debe sancionar (o decidir no hacerlo) a un jugador por "hacer tiempo". Por lo general, en el fútbol argentino, en el que abundan las tretas y mañas para hacerlo de modo encubierto ?la teatralización de mirar para un lado cuando a un jugador le alcanzan una pelota desde el otro costado, una lesión que no es tal, etcétera?, se mezcla la picardía de quien lleva adelante la acción con la severidad o pasividad de quien debe actuar objetivamente.Pero en la práctica es un ítem completamente subjetivo en el que muchas veces alguno merece una amarilla que nunca llega y otro la recibe porque el árbitro fue intolerante ante una caminata medianamente lenta.Dentro de este panorama, quienes cuentan con la mayor cantidad de recursos para envolver el ojo sagaz de los jueces son los arqueros.A saber: se hacen los desentendidos reclamando un saque de arco cuando ya se mil etcéteras más que sería engorroso seguir enumerando.Ahora bien, ¿qué hace el referí ante semejante panorama? La mayoría, poco y nada. Alguna tarjeta amarilla de tanto en tanto trata de paliar la decisión de "no jugar" de los protagonistas, lo que...

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