Inmortalizó el 'Nunca Más' y ayudó a construir la democracia

El doctor será recordado como el fiscal de la Cámara Federal que, en aquellos años en que renacía la democracia, acusó y obtuvo la condena de los integrantes de las . Un hombre sencillo que, con su tenacidad, contribuyó a construir uno de los pilares más sólidos de la nueva República.

Strassera, un porteño nacido en 1933, amante del tango y que estaba casado con Marisa Tobar -tuvo dos hijos-, se había graduado de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

En los años sesenta ingresó en la Justicia: fue prosecretario en el Juzgado Federal Nº 1; secretario del Juzgado Federal Nº 4, fiscal de Primera Instancia de la Fiscalía Federal Nº 3 y juez de Sentencia Letra Q en la Justicia Ordinaria de la Capital. En el ámbito académico, en los años ochenta, también fue profesor adjunto en la Cátedra de Derecho Penal en la UBA.

Hasta allí, había cumplido en la Justicia una función prolija y discreta, aunque le tocó intervenir en algunas causas relevantes, como la vinculada con la masacre de San Patricio.

El regreso de la democracia en 1983, sin embargo, sellaría su destino como fiscal.

En 1983, el entonces presidente Raúl Alfonsín decidió impulsar el Juicio a las Juntas Militares y como el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se negaba a cumplir su tarea, la Cámara Federal directamente decidió hacerse cargo de sustanciar aquella causa.

No era un caso más. En aquella democracia inmadura, estaba latente el fantasma de un nuevo golpe. Además, a diferencia de los Juicios de Nuremberg, no era un tribunal internacional, sino una cámara nacional la que llevaría adelante el proceso. Y en un país donde sólo existían causas escritas, el juicio oral desnudaba al mismo tiempo toda la valentía y la fragilidad de Strassera y de los seis camaristas federales que estaban sentados frente a frente con los militares.

Fue ése el escenario en el que Strassera adquirió un papel protagónico: sobre la base del informe de la Conadep, seleccionó unos 300 casos paradigmáticos y desarrolló una acusación muy sólida contra los nueve jefes militares, de los cuales logró, en 1985, la condena de cinco.

La frase con la que Strassera cerró su alegato siempre resonará en la memoria de quienes lo acompañaban en aquellos días: "Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces, Nunca Más"...

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