Injusticias y derrota del relato

es una sombra de lo que fue. Se ha convertido a la religión del cristinismo exaltado, que tiene como dogma hablar en público para que lo escuche la Presidenta. Integran esa facción política funcionarios presuntamente democráticos que no le hablan a la sociedad, sino a la que los manda. Nadie que haya conocido a Capitanich puede creer que es sincero cuando dice, por ejemplo, que la inflación es culpa sólo de algunos argentinos insolidarios. O que los cortes de energía son responsabilidad exclusiva de las empresas eléctricas.El problema de fondo es que Capitanich no puede, ni siquiera hablando naderías todos los días, aceptar el fracaso de un relato. Una simple alusión indirecta a esa derrota sería el fin de su experiencia como jefe de Gabinete de . La Presidenta tiene un arte especial para convertir el discurso público de sus ministros en un diálogo a solas con ella. Capitanich no es el único. Todos los ministros son iguales. La diferencia consiste sólo en que Capitanich habla todos los días. ¿Para qué lo hace? ¿Por qué? Es un misterio.Varios economistas sostienen que la inflación de diciembre será del 4%, pero que la que mide sólo los precios de los alimentos trepará hasta el 6%. El discurso de que sólo los otros tienen la culpa es inverosímil. El Gobierno es el único y arrebatado fabricante de dinero que cada vez significa menos. Ni modera el gasto público, que es uno de los más elevados de la historia, ni manda parar la infernal máquina de hacer billetes, que es una forma infalible de espolear la inflación. Una inflación cercana al 30% aguarda al final de una década de gobierno arbitrario y personalista.Ni siquiera están los dólares potenciales que el Gobierno cree (o dice creer) que existen. En los últimos tiempos se habló mucho de la cantidad de soja que quedaba en manos de los productores, supuestamente retenida hasta que los dueños tengan cierta certeza sobre el valor del dólar. El Gobierno aseguraba que existían 14 millones de toneladas almacenadas. En una encuesta de los últimos días de CREA, un centro de estudios agropecuarios, se llegó a la conclusión de que la cantidad retenida de soja es de sólo cinco millones de toneladas. La diferencia no es poca: o son 6500 millones de dólares, en el supuesto del Gobierno, o son 2500 millones, según este reciente informe.Cientos de miles de argentinos sufrieron (y sufren) los cortes indiscriminados de electricidad, que incluso dejaron sin luz a hospitales y centros sanitarios. Las fiestas de fin de año son...

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