Iniciativa eco: buscan calificar las propiedades según su eficiencia energética

Tener una clasificación del nivel de consumo de una propiedad le permite al propietario calcular y reducir gastos, al vendedor valorizar el inmueble, y al Estado ahorrar más y planificar mejor

La eficiencia energética en el hogar es una demanda creciente. Tanto por parte de potenciales propietarios como de quienes desarrollan y comercializan nuevos proyectos inmobiliarios. La explicación es doble: por un lado, la demanda por viviendas que estén en línea con hábitos de consumo más sustentables , acordes a la urgencia de la problemática ambiental. Por el otro, más práctica pero no menos válida, la certeza de que, si la energía cuesta lo que realmente vale, entonces para cuidar el bolsillo es imperioso consumir la menor cantidad de energía posible . Ergo, cualquier nuevo proyecto inmobiliario, sea una casa particular o un gran desarrollo, hace bien en considerar la variable de la eficiencia energética.

Si la oferta empieza a atender esa demanda, las ventajas repercuten también en la impostergable necesidad de ordenar el frente fiscal . El Estado, que por ejemplo gastó $105.150 millones sólo durante el primer trimestre para subsidiar tarifas de gas y energía eléctrica en el AMBA , ahorraría enormemente si el consumo residencial, que representa más del 25% del consumo final total del país , fuera más eficiente.

La pregunta, entonces, es cómo se generan los incentivos para impulsar la oferta de viviendas con menor consumo sin que eso repercuta en el costo y a la vez haciéndolas atractivas y competitivas en el mercado . A nivel local, en los últimos años han habido esfuerzos descoordinados por instituir una herramienta clave que se utiliza en muchos países del mundo, incluso a nivel latinoamericano, y que es considerada un elemento básico en la agenda de un Estado moderno. Se trata de la llamada Etiqueta de Eficiencia Energética . Es básicamente un instrumento que brinda información acerca de las prestaciones energéticas de una vivienda y que constituye una herramienta de decisión adicional a la hora de realizar una operación inmobiliaria, evaluar un nuevo proyecto o realizar intervenciones en viviendas existentes. Las propiedades se dividen en siete categorías, de la A a la G, de acuerdo a su eficiencia energética. Es decir, se evalúan diversos factores que indican, de antemano, qué nivel de consumo energético necesitará ese hogar, y de acuerdo a esa evaluación se la califica .

El objetivo es que cualquier persona que vaya a comprar o alquilar una vivienda sepa cuánto va a gastar mensualmente en tarifas de luz y gas.

¿Qué factores se consideran? Básicamente, quien quiera certificar el nivel de eficiencia de una propiedad contacta a un certificador aprobado, que en unas pocas horas evalúa principalmente dos aspectos. Por un lado el diseño general, es decir qué tan bien...

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