La inflación obliga a revisar la teoría

Por orden de Rogelio Frigerio, ministro del Interior, el diputado oficialista Daniel Lipovetsky se subió ayer al avión del gobernador tucumano, Juan Luis Manzur. La agenda del viaje no puede definirse necesariamente como protocolar: pasaron por Chaco, donde Macri participó de un acto en el que anunció una ampliación de la asignación por hijo, pero recalaron después en Yerba Buena, Tucumán, en la casa del gobernador, donde Lipovetsky permanecerá hasta esta noche. El macrismo está en etapa de ablande. Habrá un referente de Pro por caudillo provincial. Frigerio pretende mejorar esta relación pensando en la votación para derogar las leyes cerrojo y de pago soberano en el Senado. A eso dedicó parte de su noche del martes en la Cámara de Diputados, tomando nota de cada necesidad de infraestructura en los distritos.

La salida del default es para el Gobierno el inicio de un proceso positivo, pero con múltiples urgencias. El plan económico recién empieza y ya fue sometido a algunas revisiones de método. Optimista durante casi todo el verano, Macri acaba de detectar un escollo no previsto en la campaña: durante este mes, una tercera ola de aumentos de precios completó la espiral inflacionaria que venía recrudecida desde noviembre, cuando el kirchnerismo aflojó los controles sobre las empresas, y continuó en diciembre, con la devaluación que trajo la liberación del cepo. Debió entonces recalcular su política cambiaria, y ésa es una mala noticia para algunas industrias que, maltratadas por la crisis brasileña y la apreciación del peso, reclaman un tipo de cambio más competitivo. El primer paso ya está dado: el Presidente acaba de darle al Banco Central la orden de planchar el dólar durante los próximos meses. La consigna tiene un objetivo concreto, que es la proyección de un piso no superior a 1% de inflación mensual para el segundo semestre.

La salida del cepo resultó exitosa, pero algunas proyecciones iniciales habían sido excesivamente benévolas. Las cerealeras, por ejemplo, no liquidaron la cantidad de divisas que el Gobierno esperaba. Esa lluvia de dólares que nunca sobrevino fue un mal pronóstico no sólo del Gobierno, sino de analistas que la venían augurando sólo porque el kirchnerismo dejaba el poder. Son los mismos que ahora, como el Banco Central siguió perdiendo reservas, juzgan demasiado ortodoxas las primeras decisiones de política monetaria. Como se rehusó de entrada a intervenir en el mercado y eso llevó a los ahorristas a prever una...

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