Inflación: la falta de reflejos económicos ya preocupa más que el número

El presidente inauguró este mediodía, junto al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y al jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, el Mercado Lomas en el partido de Lomas de Zamora

Es verdad que cuando se conoce el número de inflación, la cifra abruma. Sin embargo, la digestión sería más fácil si el Gobierno diera certezas de entender las causas, proponer una solución y designar a las mejores personas para transitar el camino. El punto es que, una vez más, coinciden un número desaforado y una gestión económica que no logra, ni siquiera, diagnosticar las causas del principal problema que tiene la Argentina.

A nadie sorprendió el número de inflación que se conoció. Ahora bien, nada mejor que la perspectiva para entender qué significa el 7,4% que estampó el Indice de Precios al Consumidor (IPC). Para encontrar una inflación mensual similar hay que remontarse abril de 2002, un par de meses después de que estallara la convertibilidad en aquella crisis de fines de 2001. El número interanual, que llegó a 71%, sólo es posible recordarlo si al menos se cuenta con varias décadas vividas. Desde enero de 1992 que 12 meses acumulados no suman esa cifra.

En ambos casos, se vivían momentos extraordinarios. Hace 20 años, la Argentina terminaba con el uno a uno y una devaluación había llevado el dólar de un peso a cuatro; hace 30 años, eran los meses previos a un cambio de moneda, ya que entre marzo y abril de aquel 1992 el austral le dejó el lugar al regreso del peso y se instauró la convertibilidad.

Las referencias son pertinentes para entender en qué momento de la historia reciente se dejaron ver estas situaciones. Por estos días, la realidad no tiene nada que ver con esas bisagras de la historia económica argentina marcadas por medidas que revolvieron los cimientos. Más bien ahora sucede lo contrario: en la Argentina de 2022 se inauguró la inflación producto de la inacción.

Por más que mucho oficialismo quiera hacerlo, es imposible encontrar una medida antiinflacionaria -mucho menos un paquete- que haya puesto en marcha el presidente Alberto Fernández y que permita encontrar argumentos para "militar" la inflación. Poco para dos años y medio.

Cuando habla de aumento de precios, el Presidente genera una sensación difícil de explicar. Enhebra palabras que, a su vez, reflejan excusas imposibles de asimilar. Que la herencia, que la pandemia o que la guerra. Mientras suma causas que ya nadie escucha y que ni el propio Gabinete cree, el auditorio...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR