Una inexplicable cesión de soberanía

¿Acaso el primer anuncio de Cristina Kirchner no fue que los acusados iraníes declararían en un tercer país? ¿Acaso no se exhibió un ejemplo inexistente de un "tercer país", recordando el caso del avión volado sobre la ciudad escocesa de Lockerbie?Los anuncios de ayer no fueron coherentes con esos anticipos. La declaración de los acusados iraníes, cuya participación en el atentado de la AMIA fue denunciada con contundencia por la justicia argentina, se hará finalmente, si se hace, en Irán.La noticia merecía algo más que algunas frases de la Presidenta en Twitter o en Facebook, escritas con la sintética y mala ortografía de las redes sociales. ¿Por qué no una conferencia de prensa de ella o de su canciller? ¿Temieron los dos las preguntas precisas y aclaratorias que podrían haber formulado los periodistas? Sea como sea, lo cierto es que el acuerdo es histórico, como lo señaló no una, sino seis veces en casi todos sus tweets.Debe precisarse, no obstante, que no todo lo histórico es bueno, a pesar de la insistencia presidencial en inaugurar buenas historias y construir mejores leyendas.El escamoteo de información impide saber, por ejemplo, si los "comisionados" que menciona el acuerdo con Irán serán representantes judiciales o políticos de la Argentina. De todos modos, existe en principio una inexplicable cesión de la soberanía judicial argentina. La investigación fue hecha por fiscales y jueces argentinos y el atentado se hizo sobre territorio soberano argentino. Los muertos, 85, eran argentinos. El lugar de las declaraciones y del juzgamiento debió ser la Argentina, como lo reclamaron varias veces los magistrados argentinos.Por eso, el ejemplo de Lockerbie es irreal. Escocia no fue un "tercer país" para juzgar a los criminales libios que hicieron volar el avión de Pan Am. Si bien el avión era de una compañía norteamericana, el atentado sucedió sobre territorio escocés. Jueces escoceses lo juzgaron en Escocia. Muchos años después, el entonces dictador de Libia, Muamar Khaddafi, entregó en Holanda a uno de los culpables, en un arrebato de reconciliación con Occidente, pero lo puso en manos de la justicia escocesa.Irán puede tener un presidente impetuoso y agraviante (ha desconocido el Holocausto varias veces), pero su diplomacia es reconocida en todo el mundo por su destreza y su eficiencia. Sobre todo cuando se trata de ganar tiempo.El proyecto iraní de hacer pie en América latina sufrió varios retrocesos en los últimos tiempos por la cuestión pendiente con...

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