Un inédito cambio de protocolo para mitigar la frialdad

ROMA.- Todo el mundo se detuvo a observar ayer el denominado body language del Papa y las imágenes extremadamente frías del encuentro que tuvo con el presidente Mauricio Macri. Y pasó inadvertido un gesto con muchísimo contenido de Francisco, que significó un cambio histórico en el estricto protocolo del Vaticano y, también, un gesto de gran respeto hacia Macri.

Por primera vez en la historia, el protocolo del Vaticano dejó entrar a un presidente católico junto a su esposa no casada por la Iglesia en una visita oficial al Papa. Desde una mirada argentina, podría parecer una pequeñez, pero para la Santa Sede se trata de un cambio de costumbre drástico, que marca un antes y un después y reafirma el rumbo reformista del pontificado de Bergoglio.

Una fuente bien informada del Vaticano contó que a Francisco le costó convencer a la Secretaría de Estado de este histórico y novedoso cambio de reglas del protocolo, acorde con los tiempos.

Según las ahora superadas -por expresa voluntad de Francisco- normas del protocolo, cuando un jefe de Estado llegaba de visita al Palacio Apostólico con una consorte casada por civil y no por la Iglesia, ésta era saludada por el Santo Padre aparte, en forma separada de su marido, en otro salón. Algo que, aunque pasó inadvertido, no sucedió ayer con Juliana Awada.

Elegantísima, vestida de riguroso negro y con la cabeza cubierta por una mantilla, la tercera esposa del Presidente saludó al Santo Padre junto a su marido una vez terminada la reunión entre ambos a solas. Entonces a Francisco, ayer especialmente serio, se lo vio algo más sonriente y cariñoso.

Macri y Awada ya habían estado con Francisco juntos en una reunión privada e informal en la residencia de Santa Marta en septiembre de 2013. Pero Macri aún no era presidente, sino jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

"Hace dos años y medio hubo un antecedente con un mandatario latinoamericano que prefiero no nombrar, que llegó con su esposa casada por civil, ya que todavía no había obtenido la nulidad del primer matrimonio. Y el Pontífice se sintió muy mal cuando por el protocolo se vio obligado a saludar a la mujer en forma separada, en otro salón", contó a LA NACION una fuente del Vaticano bien informada. "Le pareció injusto y comenzó a madurar esta idea de cambiar el protocolo, cosa que sucedió por primera vez hoy (por ayer) con Macri", agregó.

Más allá de este detalle, en el Vaticano reinaba gran satisfacción por una visita "positiva"...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR