Incómodos frente al caso, los gremialistas optan por el silencio

En la cúpula de los sindicatos más poderosos se sigue el caso Nisman como un thriller político. Hay dirigentes que teorizan sobre la hipótesis de un homicidio y otros que no dudan de que fue un suicidio. Pero entre la incertidumbre hay un denominador común: salvo el judicial Julio Piumato, ningún otro gremialista parece dispuesto a involucrarse de lleno en la pelea retórica por esclarecer la muerte del fiscal que investigaba el atentado a la AMIA y que había denunciado penalmente a Cristina Kirchner por presunto encubrimiento del hecho.

El silencio estratégico de algunos sindicalistas obedece quizás a razones políticas. "Digas lo que digas, te define políticamente. Te ubica de un lado o del otro, como oficialista u opositor", dice un jerárquico de la CGT alineada con el Gobierno. Otro dirigente, aunque de una central disidente, coincide con el diagnóstico de su colega y aporta una frase cargada de genética sindical: "Es un año electoral y las alianzas con los candidatos todavía están abiertas. ¿Para qué vamos a opinar de un caso complicado? Lo mejor es esperar que actúe la Justicia".

Más allá del ajedrez electoral, en los sindicatos surge otro argumento para callar: mantienen la eterna sospecha de que sus autoridades están en la mira de los servicios de inteligencia. "¿Por qué cayó [José] Pedraza? ¿Y [Juan José] Zanola? Cayeron por las escuchas telefónicas", afirma un operador sindical que trabaja para los gremios de la CGT oficial. Otro dirigente cegetista advierte sobre posibles "carpetazos" tras la purga en la Secretaría de Inteligencia.

"El que le teme a un carpetazo es porque no tiene la conciencia limpia. No creo que mis colegas callen sus opiniones sobre lo que pasó con Nisman por miedo a los servicios", señala Piumato, el líder del gremio judicial y uno de los organizadores de lo que fue la Marcha del Silencio en homenaje al fiscal fallecido.

El espionaje sobre los gremios y sus autoridades tuvo hace dos años un hecho que ganó notoriedad: Proyecto X, un programa de espionaje sobre grupos sociales y manifestaciones callejeras. Salió a la luz a través de una denuncia de sectores de la izquierda, que apuntaron a la Gendarmería Nacional por presunto espionaje ilegal. Por entonces, Darío Javier Hermosilla, delegado gremial de la empresa Kraft y uno de los impulsores de la acusación, aseguró a LA NACION: "Hay espías y teléfonos pinchados, y te marcan por el partido político".

Carpetazos

Pero no siempre la mira se posa sobre los...

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