La incierta hora de los históricos de Kirchner

Mirá lo que hizo este muchacho, así no nos va a ir bien." La frase pertenece a un importante dirigente oficialista que miraba ayer, sin poder creer, la repetición de la imagen de Andrés Larroque a los gritos en Diputados. Traducía así la sensación que existe en sectores del Gobierno de que la división entre "kirchneristas" y "cristinistas" es cada vez más profunda.El ala clásica, en donde abrevan históricos de la época de Néstor Kirchner, como Julio De Vido, Carlos Tomada e incluso Guillermo Moreno, comienza a percibir que es cada vez más difícil seguir sosteniendo la seguidilla de desaciertos producidos por la falta de gestión. "Una cosa es tener un frente abierto y otra distinta es acumular problemas sin poder solucionar uno", comentó un funcionario.Recuerdan algunos las desoídas advertencias que habían recibido en el Ministerio de Seguridad un mes antes de que estallara la protesta de gendarmes y prefectos; las prevenciones sobre la escala de Ghana en el viaje de la Fragata Libertad, y las sugerencias que le acercaron a Cristina para planear una salida del cepo al dólar, una medida que, admiten, es cada vez más difícil de revertir. "Cristina no quiere escuchar a quienes le transmiten crudamente los problemas. Los otros le tienen miedo", admitió una fuente que, por ese motivo, dejó de tener con ella el contacto frecuente de otros tiempos.Este sector, cansado de hacer catarsis interna sobre el avance de los jóvenes camporistas en casi todas las estructuras del Estado, ha empezado a sentirse cada vez menos parte de la gestión. El aniversario de la muerte de Néstor Kirchner alimentó la nostalgia.En algunos despachos del Gobierno circuló una encuesta nacional que refleja que la posibilidad de una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR