La incertidumbre electoral

LA sociedad argentina se encamina a celebrar en octubre sus elecciones presidenciales, pero está todavía a ciegas respecto de las reglas que regirán la competencia. El Congreso aprobó en diciembre de 2009, a propuesta del Poder Ejecutivo y en un trámite aceleradísimo, una reforma al régimen de partidos políticos y a la ley electoral. Sin embargo, a pesar de que ha pasado más de un año, el Ministerio del Interior, no ha reglamentado la nueva norma.Semejante demora no puede explicarse por complicaciones de orden técnico. Todo puede obedecer a un fin político. Cristina Kirchner evalúa postularse para un nuevo período de gobierno y todavía no decidió con qué cláusulas sacaría más ventajas.Nadie puede sorprenderse de que el kirchnerismo se apropie de las reglas de juego en beneficio de sus candidatos. En 2009, aprovechó su mayoría legislativa para cambiar la fecha de las elecciones según lo que interpretaba más conveniente. También postuló a dirigentes que no ejercerían los cargos para los que pedían el voto. Con esas candidaturas, llamadas "testimoniales", se introdujo una nueva forma de fraude en la política.Este año esas arbitrariedades prometen extenderse. Por lo pronto, aunque la ley obliga a los partidos a la celebración de internas abiertas y simultáneas para seleccionar a sus candidatos, existen lagunas importantísimas sobre los requisitos de los postulantes.Otra novedad es la prohibición de la publicidad privada. Ahora es el Estado el que debe contratar los espacios de radio y televisión en los que cada partido puede promover su oferta. Sin embargo, el Ministerio del Interior se reserva para sí la facultad de asignar horarios a las fuerzas que compiten y todavía no ha establecido el criterio con que lo hará. Tampoco se sabe si el Gobierno seguirá utilizando los medios estatales de comunicación para hacer propaganda de sí mismo, mientras vitupera a sus competidores.Otra incógnita es cómo se harán las internas abiertas, simultáneas y obligatorias. La decisión de que toda la ciudadanía intervenga, en un mismo día, en comicios en los que se presentarán los precandidatos de todos los partidos, es muy audaz, sobre todo si se prescinde del sistema de voto electrónico. De un gobierno que debe racionalizar la provisión de energía cuando aumentan un poco el calor o el frío, o que no puede abastecer al público de papel moneda porque se confunde con los plazos que demandan los procedimientos de impresión, bien se puede esperar que quede desbordado por una...

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