Incentivar la cultura filantrópica

Vaclav Havel, recientemente fallecido, fue un humanista que formó parte de la resistencia anticomunista checa para acceder luego a la primera magistratura. Él decía: "El elemento fundamental y más legítimo de la democracia es la sociedad civil. Aunque el totalitarismo pueda coexistir con la propiedad privada, incluso con la empresa privada, jamás podrá coexistir con una auténtica sociedad civil".La deformación de la democracia que sufrimos, representada por el modelo hegemónico del actual Gobierno, poblado de numerosos abusos y avances sobre los derechos de los ciudadanos, crea peligrosas malformaciones en la sociedad civil, expresadas, por un lado, en marcos normativos que condenan a la mayoría de las organizaciones sociales a la informalidad y, por el otro, en políticas fiscales que limitan y quitan recursos a la sana y tan necesaria generación de bien público.Las cifras y los datos son contundentes. En primer lugar, el marco legal e impositivo, anticuado y poco amigable, queda dramáticamente fuera de cualquier iniciativa de modernización. Por ejemplo, la reciente propuesta de reforma del Código Civil incluye un capítulo que, lejos de modernizar las regulaciones, las asimila a criterios y definiciones obsoletas, muy alejados de la normativa que se impulsa en los países donde la sociedad civil organizada es garante de la pluralidad de voces, de la libertad de expresión, de la interpelación a la discrecionalidad de los gobiernos, de la participación más allá del voto y de la diversidad de corrientes de pensamiento y militancia social.En estos momentos hay en la Argentina 420.000 empresas y sólo 24.606 asociaciones civiles y fundaciones registradas en la Inspección General de Justicia (IGJ). Hay que destacar que, de ellas, sólo el 40,4 por ciento tiene personería jurídica vigente, después de la depuración compulsiva que realizó aquel organismo. La AFIP también contribuye a ese "saneamiento" del sector: sólo el 31% están exentas del pago del impuesto a las ganancias y tan sólo el 3% puede encuadrarse bajo los rubros que permiten a los donantes deducir de ese impuesto los montos generosamente aportados.La actitud de la AFIP en la aplicación de la ley es claro reflejo de la voluntad del Gobierno. Por una parte, extiende el concepto de "actividad comercial o financiera" a cuestiones absurdas como percibir rentas de una propiedad o de un capital propio donado. Se pretende que las entidades no puedan disponer de un fondo con rentas que garantice su...

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