En el acto inaugural, duro reclamo del sector editorial al gobierno

El del acto inaugural de la de Buenos Aires, el destinado a los discursos oficiales, fue anoche en La Rural un diálogo de sordos. El presidente de la Fundación El Libro, principal organizador del encuentro, Gustavo Canevaro, denunció un "abanico de problemas sin resolverse" que afectan seriamente al mercado editorial argentino, al punto de que su rentabilidad "es baja o nula". En tanto, el director general de Industrias Culturales del gobierno nacional, Rodolfo Hamawi, afirmó que ese sector está atravesando un momento "de mucha vitalidad".El público, que llenaba la Sala Jorge Luis Borges, ovacionó al ministro de Turismo y Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi, pero no por el contenido de su discurso, sino por haber sido sumamente breve porque, dijo, "vinimos a escuchar a Quino". El ministro de Educación, Alberto Sileoni, que siguió a Lombardi en el uso de la palabra, hizo caso omiso de la evidente falta de disponibilidad de los asistentes a escuchar largos discursos políticos."Vamos a escuchar a Quino, pero este momento también es para reflexionar sobre nuestras políticas", dijo Sileoni, al introducir una síntesis de las acciones de su ministerio vinculadas con la difusión de la lectura. Tampoco él se refirió a los reclamos formulados por el presidente de la Fundación El Libro.Canevaro había afirmado que la exención del impuesto a las ganancias a los autores "ha quedado ridículamente desactualizada"; que el precio del papel se está pagando en la Argentina un 50% más caro que en otros países, y que la baja competitividad de los libros argentinos en el mercado internacional es por "la imposibilidad de recuperar el IVA acumulado en toda la cadena de valor". Además, recordó que "tampoco se han resuelto aún todas las vías para importar libros, afectando muchas...