Impunidad y hostigamiento, las dos caras de una Justicia degradada

Cristina Kirchner fue sobreseída en tres oportunidades por enriquecimiento ilícito, a pesar de que su patrimonio se incrementó en más del 800% durante los 12 años en que ella y su esposo disfrutaron del poder. Entre quienes la absolvieron está el juez Julián Ercolini, quien desde hace ocho años "investiga" los sobreprecios de obra pública. Ercolini produjo los primeros movimientos en esa causa hace un par de meses. El mismo juez analiza los alquileres de Hotesur, en un expediente que pasó por las manos de Claudio Bonadio y cayó en las de Daniel Rafecas, quien estuvo nueve meses sin tocarlo. Hay indicios apabullantes de que el progreso económico de la ex presidenta está ligado a licitaciones de infraestructura amañadas, cuyos sobornos se pagaban con contratos de hotelería.

Por si hiciera falta otra señal, el 14 de junio pasado José López, encargado de esos negocios desde hace 20 años, revoleó 9 millones de dólares tras el muro de un convento. Rafecas le allanó el domicilio 24 horas después, a pesar de que desde 2008 hay una causa por enriquecimiento. Frente a esta masa de información, la señora de Kirchner sólo atina a denunciar una persecución política. En su segunda visita a Comodoro Py, volvió a hacerlo.

Esos juzgados saturan la agenda pública. Ayer también pasó por allí Lázaro Báez, presunto testaferro de la jefa de López y propietaria de Hotesur. Por suerte no apareció Ibar Pérez Corradi. María Servini de Cubría lo indagó en la Gendarmería, donde el imputado por ser el autor intelectual del triple crimen de Quilmes/General Rodríguez dijo que la célebre "Morsa" era Aníbal Fernández. Se lo contó, explicó Pérez Corradi, el traficante de efedrina Sebastián Forza, uno de los aportantes a la campaña de la ex presidenta. Una pena que Forza no esté para contarlo: se supone que lo mandó matar Pérez Corradi.

Cristina Kirchner se siente víctima de un hostigamiento. Tal vez sea cierto. Es la contracara de la impunidad que le proveyeron los mismos magistrados que hoy la estarían acosando. Impunidad y hostigamiento son las prestaciones casi inevitables de una Justicia degradada por pactos mafiosos. No hay juez más inconveniente que el que debe borrarse el tatuaje de la complacencia. Maquiavelo lo escribió hace 500 años, en el Discurso sobre la primera década de Tito Livio: la condena de los jueces corruptos es tan inservible como su absolución.

Ante este panorama, Mauricio Macri dijo ayer a la nacion que el Gobierno impulsará el juicio político de...

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