Los impulsores, entre la huelga y el desafío electoral

Tal vez por pura coincidencia, el paro nacional que activará hoy el sindicalismo opositor se desarrollará sobre el filo del cierre de las alianzas electorales. Esto provocará que más de un dirigente transcurra la jornada con el teléfono pegado a su oreja, aunque no sólo para escuchar sobre acatamientos, ausentismos y fábricas con persianas bajas.

Dos de los tres rostros más visibles de la huelga aspiran a llegar al Congreso a través de una fuerza política opositora. Uno es Pablo Micheli, que integraría la nómina de candidatos a diputado nacional del Frente Progresista, que encabeza Margarita Stolbizer. Y el otro es Luis Barrionuevo, que talla una alianza en Catamarca con el Frente Cívico y Social con el anhelo de convertirse en senador nacional.

¿Y Hugo Moyano? ¿O los referentes de la alianza de los gremios del transporte, los principales impulsores de la protesta de hoy? Ellos también juegan su partido electoral, aunque hasta ahora sin el afán de ocupar algún cargo público. Ya han demostrado que su desafío es condicionar al futuro gobierno con sus reiteradas muestras de poder. Aseguran que el sucesor de Cristina Kirchner no podrá hacer planes sin ellos y, mucho menos, prescindir de ellos, tal como lo hizo la Presidenta, quien eligió como sus exclusivos interlocutores sindicales a las dos centrales oficialistas, la CGT de Antonio Caló y la CTA de Hugo Yasky.

La escenificación de fuerza que plasmó Moyano en Deportivo Español fue parte de ese ajedrez. El jefe camionero es hoy el único sindicalista capaz de reunir semejante multitud para presionar por un aumento salarial "con un tres adelante". Aunque detrás de su movida, surgen, además, otras intenciones: reposicionarse en las negociaciones por la eventual unidad de la CGT y plantarse como un custodio del peronismo no kirchnerista.

A diferencia de otras veces, es probable que Moyano se mantenga al margen de la pelea por la presidencia. Si bien lo unen a Mauricio Macri una buena relación y negocios vinculados a la recolección de residuos y a los millonarios ahorros que el gremio de camioneros atesora en el Banco Ciudad, Moyano no pediría en público el voto por el líder de Pro. Tampoco lo haría por Daniel Scioli, con quien mantiene abiertos los canales de diálogo a pesar de haber aludido a él como un "servil y lacayo" de la Casa Rosada. La apuesta de Moyano es recuperar el poder que alguna vez los Kirchner le concedieron.

Unidos por el pragmatismo, los gremios del transporte creen que les llegó...

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