Impugnar la paternidad, un proceso complejo y lento

"La paternidad es el acto más sublime de confianza", dice Jorge Berbere Delgado, profesor titular de la cátedra de Derecho de Familia y Sucesiones en la Universidad de Buenos Aires (UBA). La frase no es en vano, ya que anteayer, en el programa Intrusos que emite América TV, el productor teatral Ariel Diwan acusó a su ex pareja la bailarina Gisela Bernal de haberlo engañado con respecto a la paternidad de su hijo, de poco más de dos años.

Durante la hora que duró la entrevista, el conductor, Jorge Rial, consultó sobre lo que el productor pensaba hacer en relación con su hijo. Y sobrevoló una idea: impugnar la paternidad. Algo que para muchos es bastante desconocido. El caso tuvo mucha repercusión ayer en las redes sociales.

La especialista en derecho de familia de la UBA e investigadora del Conicet Marisa Herrera lo define así: "Es una acción judicial que tiene por finalidad desplazar a una persona del vínculo filial que tiene sobre un hijo. O sea que el objetivo que se busca es dejar de ser el padre o la madre de una persona".

La abogada considera que este tipo de proceso judicial no es rápido, especialmente si hay controversias u opiniones encontradas.

¿Cuál es la finalidad de suprimir la paternidad? "Al desplazar el vínculo, se dejan de tener los efectos de ese lazo, es decir, las obligaciones [de la paternidad]", responde Berbere, que es también especialista en bioética.

El desplazamiento del vínculo, en la mayoría de los casos, es, básicamente, la supresión del apellido de quien era el padre que había reconocido al niño.

"La impugnación sólo puede hacerse por sentencia, que es la que hace lugar al desplazamiento filial. Se debe inscribir en el registro civil y así se toma...

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