Importaciones: un fantasma que asusta, pero no muerde

Cream of celery, condensed soup, great for cooking, Vegetarian vegetable. Las latas de sopa Campbell no están en una obra de Andy Warhol expuesta en un museo de arte moderno; relucen en la góndola de un supermercado porteño, donde se venden entre los 30 y 40 pesos.

En ese punto de venta como en otros, la oferta de alimentos importados volvió a ocupar un lugar en los estantes. Tras el cierre virtual del ingreso de productos foráneos, la apertura parcial que implementó el actual gobierno después del cepo para impedir la salida de divisas que rigió durante la gestión anterior, enciende alertas entre los productores locales. Según el Indec, en los primeros cinco meses del año las compras al exterior cayeron 4,6% en dólares contra igual período de 2015, "como resultado de una caída de 13,7% en los precios y una suba de 10,5% en las cantidades", describió el organismo.

Desde diciembre, el régimen de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) fue reemplazado por el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), con el objetivo de dejar de lado las arbitrariedades en las que se basaba el viejo esquema. El cambio restableció el uso de licencias automáticas y no automáticas -estas últimas de mayor rigor y plazo de aprobación-, acordes con la normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El inicio de la normalización del comercio exterior despertó en algunos sectores industriales el fantasma de los 90, pero el Gobierno se comprometió a no hacer una apertura indiscriminada al ingreso de mercadería. En especial en sectores de mano de obra intensiva. En el contexto actual, las preocupaciones florecen como consecuencia del descenso de la actividad económica y la caída del consumo sumada a la inflación, la presión impositiva y los costos logísticos que complican el escenario.

En los últimos meses, el consumo registró bajas incluso en el rubro de alimentos (2,3% entre enero y abril, según la consultora CCR). Las importaciones del sector, que tiene balanza superavitaria, totalizaron US$ 582 millones en los primeros cinco meses del año, con un alza no sólo en montos, sino también en volúmenes; sumaron 409.000 toneladas, un 8,7% más que en igual período de 2015. "Eso se manifiesta claramente en problemas con algunos rubros como carne de cerdo, por mencionar un ejemplo, que está ingresando por encima de los volúmenes históricos desde Brasil, cuyo mercado cayó y tuvo una devaluación que lo hizo más competitivo", dice Daniel...

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