El Impenetrable: la agonía del nuevo Parque Nacional

PARQUE NACIONAL EL IMPENETRABLE, Chaco.– Las aguas mansas del Bermejo, el río que divide Chaco de Formosa, exhiben una paradoja incomprensible para una reserva dotada, nueve meses atrás, con la máxima protección ambiental. La vida de la fauna silvestre en ese reservorio boscoso de quebrachos, algarrobos y palosantos milenarios, saqueados ahora por la tala, tiene los días contados.

La depredación –impune, indiscriminada– acecha. Con la precisión de un GPS, el revoloteo de jotes y caranchos señala los despojos de animales muertos en ambas márgenes del río.

"Un monumento natural menos", se lamenta, el rostro lleno de impotencia, el guardaparques chaqueño Carlos Aguer, mientras Miguel Gheringuelli, su compañero, examina el cuerpo exangüe de un tapir. Es majestuoso, de unos 170 kilos de peso; identificable por la curvatura de su trompa. "Tal vez vino a morir al río", arriesga Aguer, a quien llaman "Chiquito" por sus casi dos metros de altura y 117 kilos de peso. Pero al inspeccionarlo ubica en el pecho tres perdigones de escopeta y un orificio de entrada de bala en su lomo.

"Acá hay otro", alerta Walter Ceschán. Un zorro colorado, también baleado, agoniza a unos 60 metros del tapir, en esa playa improntada por huellas de fauna amenazada, que los fines de semana muta en cementerio animal. Custodiado por cercos de alisos, por ese lecho arcilloso han peregrinado corzuelas, aguará guazúes, pecaríes, osos hormigueros y pumas sedientos. También una variedad de aves como los majestuosos jaribús y las espátulas rosadas. Su supervivencia ahora es una cuestión de azar (o de mala puntería).

Ceschán, el policía rural, el único que va armado, respalda a los guardaparques en este operativo reservado. No han alertado de su ingreso al administrador judicial de la reserva, que ocupa casi la mitad de la estancia La Fidelidad (LF). El enclave, que amalgama distintas fisonomías vírgenes como bañados, bosques, pajonales y lagunas, había sido adquirido en 1972 por la familia italiana Roseo a los Bunge y Born, que permutaron esas 250.000 hectáreas, entonces de uso agropecuario, por un departamento en Roma. Tras el cruento asesinato de su dueño, Manuel Roseo, en 2011, fue expropiada del lado chaqueño, cedida al Estado nacional y, por su riqueza en diversidad y buen estado de conservación, convertida por ley en el Parque Nacional El Impenetrable (PNEI).

Con sigilo, las autoridades fiscalizan la prohibición de caza, tala y pesca. "Ni siquiera se llevaron el trofeo", dice...

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