Otro impacto de la Peque Pareto, esa luchadora en todos los frentes

La Peque siempre tiene una reserva más de su fuego interior para entregar. Es su corazón y un amor profundo por su disciplina lo que la transformó en una gigante, vaya paradoja, para un cuerpo de apenas 48 kilogramos. Tantas veces en la soledad del Cenard, entrenándose con una contracción admirable, para luego brillar en el tatami en los puntos más recónditos del mundo. Así es ella, ése es su espíritu.Hace seis años fue la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín, un logro histórico. Tres años atrás, la dorada en los Panamericanos de Guadalajara. Y entre tantos otros lauros, como el oro en los Odesur de este año, la judoca Paula Pareto dio otro impacto con la presea plateada que obtuvo ayer en el Mundial de Chelyabinsk, en Rusia, tras perder en la final con la japonesa Ami Kondo por una doble penalización, luego de concluir 0-0 en el combate decisivo.El judo nacional ya presume de tres medallas mundialistas en la historia, después de la dorada de Daniela Krukower en 2003 y, más atrás en el tiempo, la plateada de Carolina Mariani en 1995. Pero habrá más novedades de Pareto, porque con 28 años ya se proyecta para los Juegos de Río 2016, quizá su última función ya como una treintañera.La Peque organizó su vida; podrá ser un torbellino en el tatami, pero reflexiona sobre cada paso que emprende y cumple los objetivos. En enero de este año se recibió de médica en la Universidad de Buenos Aires luego de aprobar el final de oftalmología. Sus amigas le festejaron el diploma tirándole huevos y vinagre; ella, hecha...