Imágenes negras del fútbol argentino

Hace diez días cuesta hablar del juego en el fútbol argentino. La brecha puede ser más grande, pero sirve para englobar la cantidad de cosas que pasaron en tan poco tiempo. Todo se inició con la suspensión del Boca vs. River en la Bombonera, en un escándalo histórico que comenzó en la Copa Libertadores y recorrió el mundo, mostrando lo peor de nosotros tanto en la generación de los incidentes como en las reacciones posteriores. Costó encontrar personas que se ubicaran en la objetividad del análisis. Cada postura, frase o declaración estuvo ligada a los propios intereses, según los colores de cada camiseta. No se puede hablar del juego como prioridad en estos casos, está claro. Porque es cierto que River había sido superior a Boca desde lo táctico y lo mental en los dos tiempos y medio de la llave, pero la definición llegó de la mano de la barbarie y la posterior resolución de la Conmebol. Boca ayer jugó sin público en la Bombonera por la agresión a los jugadores de River. Ayer, el plantel de Belgrano denunció que la policía de Mendoza los repelió también con gas pimienta tras el partido ante Godoy Cruz. Insospechado. Una increíble ironía.

El fútbol argentino sufre porque nadie aprende. Porque se toman medidas para hoy, pero no se actúa en consecuencia para el futuro. Porque la AFA suspendió una fecha de sus torneos por la muerte de Emanuel Ortega, el futbolista de San Martín de Burzaco que golpeó su cabeza contra una pared en pleno partido, cuando lo lógico hubiese sido que el juego no se reanudara hasta tanto no se sembraran certezas y seguridades alrededor de los estadios de primera y, sobre todo, del ascenso. ¿Se empezó a trabajar en todas las divisiones en la prevención de este tipo de hechos? ¿Futbolistas Argentinos Agremiados puede dar fe de esto...