La imagen del declive y de una gran desolación

Es un derrumbe que no estaba anunciado. No lo anticipó nadie. Si un intrépido advertía, a fines de 2013, cuando logró en un final de temporada bárbaro cuatro victorias y un empate que lo llevaron al último escalafón a tiro de ascenso, que hoy estaría en bancarrota futbolera, lo habrían señalado como un desquiciado. Independiente transformó la esperanza en desolación. La ilusión la convirtió en un bolsillo roto. Monedas de oro arrojadas en el césped. Independiente es la imagen de la desesperanza, de la desolación. Una clara muestra que el declive institucional, que lanzó al espacio del mundo del ascenso al equipo, hoy lo tiene atrapado en un calabozo existencial. Encerrado, descalzo. Ni pensar puede. Ni recordar aquellos buenos tiempos.

La derrota de anoche, en su casa, frente a Huracán (otro grande caído en desgracia hace años ya) por la mínima diferencia genera gritos, insultos, reproches, de todos. De los hinchas al plantel. De los jugadores entre colegas. De De Felippe, que pasó de crear un equipo competitivo a ser el capitán de una embarcación sin horizonte. Independiente suma tres derrotas seguidas. Independiente alcanzó cinco partidos sin ganar. Independiente sacó cinco puntos de 18 posibles en un pobre comienzo de 2014.

Del final entusiasta del año que pasó al verano fatídico, que incluye un 0-3 con Racing. Empezó la parte final de la compleja B Nacional con un triunfo esforzado, un 2-1 contra Brown, de Adrogué. Después, la nada misma. Ni con Insúa, ni sin Pocho. Hasta el Rolfi es señalado con el dedo acusador por el penal que anoche le contuvo Marcos Díaz en el comienzo mismo del partido. Independiente corre hacia adelante con los ojos vendados y con los botines desatados. Juega mareado, sobre todo, con la presión del público y con los resultados cuesta arriba.

El club es un caos institucional organizado. La barra brava quema un quincho; surgen, desde las sombras, mensajes mafiosos en Villa Dominico. El mundo Independiente atenta contra sí mismo. Las banderas puestas del revés, antes del espectáculo...

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