Una temporada de ilusiones ,Messi, al frente del desafío de jugar siete partidos tras 24 años

Después de México 86, se hizo costumbre encadenar decepciones detrás de cada Mundial. La captura del trono se convirtió en una odisea. De todos modos, el fútbol argentino siempre demostró su capacidad de regeneración. Y los signos vitales los mantuvo a partir de su vena competitiva y la admiración que despiertan sus figuras. Hoy, especialmente una: . Un beneficio insoslayable para el equipo y, a la vez, una prueba para sondear la capacidad del entrenador y la empatía con sus compañeros. Un carrusel de desafíos esperan este año a la selección.La Argentina sigue gozando de prestigio y reconocimiento internacional. Más allá del favoritismo por España, Alemania y Brasil, en la mayoría de las predicciones un escalón por delante, la selección se estaciona frente a en un plano expectante. El equipo albiceleste sí tendrá la obligación de recuperar el protagonismo en una Copa del Mundo, es decir, llegar al menos hasta las semifinales, una cuenta pendiente que ya arrastra 24 años (Italia 1990) de frustraciones. Un privilegio, el de jugar los siete partidos, al que desde entonces sí se las ingeniaron para alcanzar Turquía, Corea del Sur, Suecia, Bulgaria, Croacia y Uruguay, por ejemplo.La preocupación de Sabella pasa por la asimetría de su equipo: posiblemente se trate del seleccionado más intimidante por su potencial ofensivo, pero a la vez no ofrece garantías defensivas. El desequilibrio lo provoca la diferencia de jerarquías individuales entre sus cotizados delanteros (Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Ángel Di Maria y, desde luego, Lionel Messi) y defensores de discreto nivel (Federico Fernández, Garay, Marcos Rojo, Campagnaro y Basanta) que, seguramente, no es casual que no se desempeñen en ningún club de la elite europea.¿Se puede solucionar este problema? No. Quizá, se pueda maquillar. ¿Cómo? Con un esforzado, comprometido trabajo colectivo -sí, de todos- que consiga disimular los déficits personales. De todos modos, Sabella se encontrará con el obstáculo de disponer de muy poco tiempo de trabajo en la antesala del Mundial. Apenas quedan tres amistosos antes del debut mundialista ante Bosnia: el 5 de marzo frente a Rumania, en Bucarest; el 4 de junio en Rosario ante un rival a confirmar, y el 7, con Eslovaquia, en el Monumental. Desde el 8, la selección se concentrará en Cidade do Galo, el predio elegido en Belo Horizonte.La Argentina parece acorralada: debe intentar sostener su arco como pueda para que sus estrellas la conduzcan hacia el éxito. Especialmente...

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