Todos se ilusionan con ser de lujo

Hace poco más de dos años, el edificio de la avenida Alvear al 1750, construido en 1924 por el prestigioso arquitecto Alejandro Bustillo, era el lugar donde se exhibía el glamour de Emporio Armani. Con una fachada de 15 metros y seis niveles de altura, la italiana se erigía ostentosa sobre la más elegante vía porteña. En 2010, el símbolo de la italiana fue reemplazado por un cardón y la casa se constituyó en sede de la marca argentina.Lo que en la práctica fue el reemplazo de las prendas de diseño europeo por la impronta rústica de Cardón simboliza en otro plano la reconfiguración de la oferta del lujo en el país. La protección oficial a la industria textil con licencias no automáticas se profundizó este año y vació los percheros de marcas foráneas. Algunos decidieron irse, entre otros, Escada, Calvin Klein Underwear y, desde marzo, la británica Barbour, que cerró su local sobre Santa Fe. El resultado es un nicho disponible para dejarse seducir por firmas locales.En la Fundación Pro Tejer, que agrupa a fabricantes locales, destacan la oportunidad en el segmento. "En medio de una crisis mundial, este nichito no debiera preocuparnos", dice Pedro Bergaglio, presidente de la cámara del sweater. Afirma, sin embargo, la posibilidad de que la oferta local de un salto. Es decir, "fabricar productos que generen volumen, pero que sirven para apropiarse de esa pequeña cuota de mercado". En eso coincide Marco Meloni, presidente de Pro Tejer, que descarta bajas de calidad por falta de insumos. "Yo que hago los deberes y trato de exportar, puedo traer el hilo egipcio o peruano para las camisas que vendo a Etiqueta Negra", dice.Constanza Sierra, directora de la consultora Essentia, cree que la baja de oferta importada contribuirá al posicionamiento de diseñadores y no tanto a marcas masivas. "Ese consumidor va a seguir una comprando en el exterior, pero también va a buscar opciones locales con diferencial; va a ir a los que sepan destacarse", apunta. Un estudio de la consultora dedicada al lujo señala que los clientes son más exigentes con las marcas argentinas. "La mayoría no atribuye el «lujo» a lo local, como lo percibe en una marca internacional. Aquí no se perdona la calidad, la experiencia de compra y el lugar donde están emplazadas", explica Sierra, que recomienda ocupar los locales vaciados en el circuito de lujo y apartarse de las promociones para construir la marca y posicionarse.Benito Fernández percibe un cambio de mentalidad. "El terreno está más...

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