La ignorancia del pasado lleva a la incomprensión del presente

Vladimir Putin, 2022.

Está muy de moda decir, a la ligera, que dejemos de hablar del pasado y miremos solo hacia el futuro. El problema es que, como decía Marc Bloch, la ignorancia del pasado lleva inevitablemente a la incomprensión del presente. Lo que viene particularmente a cuento en este extraño tiempo en que, como una revancha de la historia, estamos viviendo tiempos de "peste" y una guerra europea que nadie podía imaginar.

En ese tiempo estamos, sin embargo. Y si aún la famosa pandemia, pese al éxito de las vacunas, nos hunde todavía en perplejidades , mucho mayores todavía son las de la invasión rusa y su autoritario comandante supremo.

Vayamos entonces a la monumental obra de Tony Judt Postguerra para comenzar a entender delante de qué estamos. Cuenta el gran historiador británico que la estrategia de Stalin, en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, procuraba recuperar los territorios que en 1918 había perdido la revolución bolchevique, en el Tratado de Brest-Litovsk. Por eso el ejército rojo había invadido Rumania, Checoslovaquia, el este de Finlandia, las tres repúblicas Bálticas y, por supuesto, Ucrania. "El territorio -dice Judt- no solo representaba prestigio sino, además, y por encima de todo, seguridad". "En Yalta, y de nuevo en Postdam, Stalin explicitó su insistencia en que esos territorios situados entre Rusia y Alemania, en caso de no ser completamente absorbidos por la propia URSS, deberían ser controlados por regímenes aliados, libres de fascistas y de elementos reaccionarios".

Hoy, estamos en lo mismo. Hasta en el léxico. Lo interesante es que Judt dice que para entender esos reclamos de Stalin había que mirar la política de los zares : "Después de todo, Pedro I el Grande fue el que introdujo la estrategia mediante la cual Rusia llegaría a dominar a través de la "protección" a sus vecinos; Catalina la Grande, la que expandió el imperio hacia el sur y el sudoeste, y Alejandro I, sobre todo, el que estableció el modelo de la intervención imperial rusa en Europa".

Pues bien, con motivo de los 350 años del nacimiento de Pedro el Grande se realizó una gran exposición. Para Putin, el fundador de su ciudad, San Petersburgo, tiene un valor especial y así lo dijo de un modo más que expresivo: "Es sorprendente, pero casi nada ha cambiado en 300 años… Pedro el Grande libró la Gran Guerra del Norte durante veintiún años. Daba la impresión de que al luchar contra Suecia se apoderaba de algo. Pero se estaba apoderando de...

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