Eso que el ídolo no dice

Es demasiado potente el mensaje. Cada palabra de Juan Román Riquelme aún retumba en las paredes de Pacaembú: "En mi club no puedo estar a la mitad, no voy a continuar en Boca". Y detrás de cada una de esas letras que componen la frase más contundente y devastadora de los últimos años para los xeneizes, se esconde un sinfín de mensajes que el N° 10 eligió no decir. Como siempre, como supo hacer en cada lugar en el que no se sintió cómodo, como en el seleccionado, en Barcelona, en Villarreal... Y en Boca, su casa, dio un paso al costado por no estar a gusto. Sí, aunque resulte curioso, el capitán del conjunto de la Ribera deja su lugar en el mundo porque se siente incómodo, porque se quedó vacío, se desgastó y ya no puede convivir con el DT Julio César Falcioni.Y en ese escenario también está claro que la determinación de Román (y él lo sabe), hace que el entrenador se quede sin un centavo de crédito para la próxima temporada. Desde el anuncio de su alejamiento, a Falcioni sólo le queda un puñado de pelusas en los bolsillos. Además, obliga a Daniel Angelici a dar señales concretas que demuestren que lo quiere en el club. Y como sensor de todo estará la gente, la que le puede caer con furia en el primer traspié importante al técnico, por ejemplo, como podría ser una caída en la final de la Copa Argentina con Racing. Esos hinchas que también conocen que Angelici fue quien, como tesorero, se negó a firmarle el contrato por cuatro años (aún le quedan dos por cumplir).Algunas imágenes son las que ponen luz sobre un discurso de Riquelme lleno de seleccionadas ambigüedades. La salida del vestuario lo mostró en el centro de la escena y sus compañeros, con pequeños gestos, demostraron la angustia por la decisión de su capitán. Pero Angelici lo miró fijo y entonces explotaron más dudas. Quizá porque en el mediodía de la final, en San Pablo, cuando se reunieron y el N° 10 le comunicó su determinación, la primera reacción del presidente habría sido: "Eh, bueno Román. Eh, tenemos que ver cómo lo comunicamos?" Una respuesta que no esperaba Riquelme. Quizá con un mimo se hubiera sentido un poco mejor, aunque eso no modificase su determinación.Y en ese mismo contexto la situación más concreta se advirtió cuando salió del vestuario Falcioni, y al pasar junto a Riquelme ni se cruzaron la mirada. Incluso, el futbolista le dio la espalda. "He sido claro con mis compañeros, con los dirigentes. Para lo que necesiten siempre voy a estar a disposición, pero yo ahora necesito irme a...

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