Humillados, los griegos se sienten abandonados por Europa

ATENAS (De nuestra enviada especial).- Cuando en 2001 estalló la crisis financiera argentina, las medidas que llevaron al derrumbe del sistema bancario estuvieron en manos de un reducido grupo de dirigentes nacionales. Desde que Grecia enfrenta hace cinco años el espectro de un colapso financiero total, las decisiones fundamentales se toman en Fráncfort, Berlín y Bruselas, a miles de kilómetros de Atenas.

Lejos de sentirse orgullosos de pertenecer a la unión de 28 países, los griegos no pueden soportar esa humillación. Ellos, que estaban convencidos de ser los padres de Europa, hoy se sienten abandonados por sus propios vástagos.

El resultado es un pueblo sumergido en la confusión, que siente haber perdido su dignidad y que se considera doblemente traicionado: por los gobiernos sucesivos -cuya mala gestión, derroche y corrupción lo llevaron a esta situación- y por Europa, que se mostró igualmente incapaz de manifestarse solidaria.

"Somos prisioneros de un sistema que no controlamos, donde nos sentimos cada vez más impotentes, con frecuencia obligados a una pasividad insoportable pues las decisiones más importantes parecen ser tomadas a nuestras espaldas", explica Petro Validis, profesor de filosofía en la Universidad de Atenas.

Como miles de sus compatriotas, hace tres años que Petro manifiesta cada vez que puede en la Plaza Syntagma (Democracia) de Atenas contra las imposiciones de los acreedores internacionales de su país.

Sin ser simpatizante de la ultraizquierda en el gobierno, esta semana recorre las calles junto a sus estudiantes, distribuyendo panfletos que llaman a votar oxi (no) el domingo próximo en ese referéndum que debe aceptar o rechazar el plan de ayuda de los acreedores internacionales, pero que se ha transformado en un auténtico plebiscito a favor o en contra de Europa. Durante estos años, esa profunda crisis ha provocado un problema de identidad en este país con 52 siglos de historia.

"Nosotros, que estábamos convencidos de ser los mejores amigos del pensamiento, estamos hoy como suspendidos, paralizados, incapaces de comprender lo que nos sucede", reconoce Ersi Vitaropulos, colega de Validis en la universidad.

Tal vez la mejor explicación de ese desamor, tan parecido al despecho por Europa, resida en la historia misma de la crisis.

Cuando a comienzos de 2010 los mercados comenzaron a inquietarse por la capacidad de Atenas de pagar su deuda, el mundo apenas comenzaba a salir del marasmo financiero...

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